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Talibanes liberan a un militar de EE UU cautivo durante casi cinco años

El último prisionero de guerra estadounidense que los talibanes mantenían capturado en Afganistán fue entregado este sábado tras cinco años de cautiverio a las tropas de EEUU en aquel país a cambio de la puesta en libertad de cinco presos afganos encerrados en Guantánamo. El sargento Bowe Bergdahl, nacido en Ohio, tenía 23 años cuando desapareció el 30 de junio de 2009 en el este de Afganistán, en la provincia de Paktika, cerca de la frontera con Pakistán.

El anuncio de la liberación del sargento fue hecho poco después de que el presidente Barack Obama informara a los padres del soldado de que su hijo estaba seguro en una base norteamericana en Afganistán. “Ha sido un honor para mi llamar a sus padres para decirles que pueden esperar un feliz regreso de su hijo a casa y decirles que era consciente del sacrificio y el sufrimiento por el que han pasado”, expresó Obama a través de un comunicado de la Casa Blanca.

“La recuperación del sargento Bergdahl es un recordatorio del compromiso inquebrantable de Estados Unidos de no dejar a ningún hombre ni mujer de uniforme atrás, en el campo de batalla”, finalizó el presidente. Por su parte, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, confirmaba haber informado al Congreso de EEUU de la decisión de transferir a Catar cinco presos de Guantánamo. Según dijo Hagel, Washington había coordinado con Catar la entrega de estos cinco detenidos de manera que el Gobierno de Doha garantizase que se van a cumplir las medidas de seguridad necesarias para que la seguridad de EEUU no se vea comprometida en ningún momento. Los cinco reos afganos debían volar a Doha ayer sábado.

Hagel aseguró en un comunicado que el sargento Bergdahl, 28 años, recibirá “todo el apoyo que necesite”. Desde hace unas semanas, el departamento de Servicios de Veteranos vive una profunda crisis que el pasado viernes le costó el puesto a su secretario, Eric Shinseki, tras estallar un escándalo por la muerte de más de 40 veteranos durante el año pasado mientras esperaban ser atendidos en un hospital de Arizona.

El militar, de 28 años, fue capturado a finales de junio de 2009 en el este de Afganistán, cuando apenas llevaba dos meses destinado en el país

El general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, también dejó oír su satisfacción por la puesta en libertad del cautivo al declarar que la filosofía del Ejército de EEUU es “no dejar nunca atrás a un compañero caído”. “Hoy volvemos a tener en nuestras filas al último prisionero que quedaba capturado por nuestros conflictos en Irak y Afganistán”, finalizó el general.

Se estima que una veintena de soldados de EEUU nunca volvieron de las guerras de Irak y Afganistán y se les da por muertos. En total, 10 soldados fueron hechos prisioneros de guerra en todos esos años de contienda y los 10 han sido liberados, el último hoy.

Sin conocerse apenas detalles de la liberación, se sabe que esta se realizó en algún punto de Afganistán por 18 talibanes a Fuerzas Especiales estadounidenses. Una vez que el sargento estaba a salvo a bordo de un helicóptero norteamericano escribió sobre un plato de papel –debido a que no podían oír lo que decía por el estruendo del aparato- las siguientes iniciales seguidas de un signo de interrogación: “SF?”, según un relato ofrecido por el Pentágono. Lo que el soldado quería saber era si sus rescatadores pertenecían a las Fuerzas Especiales americanas. Fue entonces cuando otro soldado contestó todo lo alto que pudo: “Sí, te hemos estado buscando durante mucho tiempo”. En ese momento, y siempre según Defensa, el sargento Bergdahl rompió a llorar.

Se cree que el sargento ha estado todo este tiempo en manos de la red Haqqani, una facción radical de los talibanes, en el área tribal al noroeste de Pakistán, en la frontera con Afganistán. Pero las circunstancias de cómo se separó de su unidad y fue capturado siempre han sido un misterio. Bergdahl se alistó en el Ejército en 2008 movido por la vida de aventuras y excitación que él creía que le esperaba en el estamento militar. Pero pronto se desencantó con el uniforme.

Según el perfil que el periodista Michael Hastings escribió de él en la revista Rolling Stone, “el sargento pasaba más tiempo con los afganos que con su patrulla”, según le explicó a Hastings uno de los colegas de Bergdahl. El tiempo del sargento en Afganistán no fue fácil. En un correo electrónico que envió a su familia se quejaba por lo que veía cada día y por cómo los americanos trataban a los afganos. En opinión de los padres del sargento, el hecho de que este viera como un vehículo norteamericano atropellaba a una niña afgana pudo hacerle ver la guerra de forma diferente y desde otra perspectiva.

La recuperación del sargento Bergdahl es un recordatorio del compromiso inquebrantable de Estados Unidos de no dejar a ningún hombre ni mujer de uniforme atrás, en el campo de batalla”

Barack Obama

El padre de Bergdalh nunca ha querido especular sobre si su hijo desapareció tras abandonar su puesto durante una operación contra la insurgencia, como en principio dijeron los miliatres, o se quedó rezagado y fue capturado, como el mismo Bergdahl contaba en un vídeo que se emitió un mes después de ser capturado.

La Administración estadounidense llevaba años intentando lograr un acuerdo con los talibán para la liberación de Bergdahl, algo que parecía mucho más cerca desde el pasado otoño, cuando los talibán manifestaron su disposición de a negociar esta cuestión a través de intermediarios. Fuentes estadounidenses han indicado que este acuerdo pueda ser un buen presagio con vistas a la reanudación de las negociaciones de paz entre los talibán y el Gobierno afgano. El propio Obama destaca en su mensaje que «esperamos que la recuperación del sargento Bergdahl sirva para abrir la puerta a contactos más amplios entre los afganos sobre el futuro de su país».

Los esfuerzos por negociar la liberación de Bergdahl empezaron a finales de 2010, en paralelo con los primeros contactos con los talibanes en esa misma fecha. Bergdahl se convirtió en una pieza decisiva en el diálogo de paz con los talibanes, que se desarrolló en Catar.

El retorno del militar puede suponer un espaldarazo a la política de Obama con Afganistán en un momento en que es cuestionada la doctrina exterior del presidente, cimentada en una diplomacia multilateralista y reacia al militarismo. “Mientras somos conscientes de los desafíos [de Afganistán], es nuestro deseo que la recuperación del sargento Bergdahl pueda potencialmente abrir la puerta a una discusión más amplia entre los afganos sobre el futuro de su país mediante la construcción de confianza que permita a ambos lados encontrar una base en común”, señaló el mandatario.

En una conversación telefónica, el secretario de Estado, John Kerry, le comunicó este sábado la liberación al presidente afgano, Hamid Karzai, y le detalló la estrategia de salida de las tropas estadounidense anunciada por Obama. El jefe de la diplomacia estadounidense le reiteró, además, que Washington seguirá apoyando los pasos que mejoren el clima de entendimiento entre los afganos para que deriven en un proceso de reconciliación, según informó el Departamento de Estado.

Fuente: El País

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Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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