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Revista

The Artist segunda mejor película muda en los Oscares

The Artist fue el segundo filme mudo en ganar una estatuilla de Oscar a la Mejor Película. La primera fue «Wings» en 1927 del director William A. Wellman.

Argumento

Jack Powell (Charles «Buddy» Rogers) y David Armstrong (Richard Arlen), dos hombres enfrentados por el amor de Sylvia (Jobyna Ralston) (enamorada en realidad de David (Richard Arlen), con quien comparte clase social y riqueza), se alistan en la Aviación al estallar la Primera Guerra Mundial. Aunque no lo sabe, Powell deja un amor en el humilde barrio de donde procede: Mary Preston (Clara Bow), su mejor amiga y vecina, que suspira por él en secreto y que pronto, animosamente, se presentará voluntaria para hacer trabajos humanitarios en el frente.

La rivalidad inicial entre los dos hombres se verá superada por la necesaria amistad que han de tener en el frente, donde son compañeros.

Tiene el honor de haber sido la primera película que obtuvo el Óscar a la mejor película en la primera entrega de estos premios, en1928.

Wellman estaba muy interesado en la aviación. La película tuvo un éxito extraordinario, y prueba de ello fue que obtuviera dos Óscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood. De hecho, el éxito fue tal que poco tiempo después se realizó una sonorización parcial de la película, y el propio director volvió sobre el tema en 1928 con La legión de los condenados (The Legion of the Condemned) y 1930 con Jóvenes águilas (Young Eagles).

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México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

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