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Cámara aprueba formalmente el cargo de abuso de poder contra Donald Trump

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La Cámara de Representantes de Estados Unidos decidió someter al presidente Donald Trump a un impeachment o juicio político, según los resultados de la votación realizada este miércoles.

Luego de varias horas de discusión sobre el proceso, la iniciativa impulsada por los demócratas, liderados por Nanci Pelosi, obtuvo los votos necesarios para ser aprobada.

En total, luego de los 15 minutos restantes, los congresistas de Estados Unidos aprobaron llevar a Trump ante un juicio político.

Fueron 230 votos que obtuvieron los demócratas a favor del juicio político mientras que 195 congresitas republicanos y dos democratas estuvieron contra esta medida.

¿DE QUÉ SE LE ACUSA A TRUMP?

La Cámara Baja, controlada por la oposición demócrata, aprobó los cargos de «abuso de poder» y «obstrucción al trabajo del Congreso» contra el mandatario.

¿QUÉ ES UN IMPEACHMENT?
Un impeachment es “un proceso político, porque sólo la Cámara de Representantes puede echar a andar este proceso y sólo el Senado puede juzgar si se cometieron o no esas acciones que ameritan que un presidente sea destituido. Por definición es un proceso político”, aseguró.

En un juicio político la Cámara de Representantes se erige como investigador y fiscal, mientras que el Senado hace las veces de jurado y juez, según establece la Constitución de Estados Unidos.

En ese proceso político “cada parte presenta sus versiones, pero en realidad lo que va a decidir el asunto es la política, tanto en el caso (de juicio político contra Andrew) Johnson (en 1869) como en el de (William) Clinton (en 1998), lo que vemos reflejado en los votos es quiénes son los del partido del presidente y quiénes no”, indicó la investigadora.

Fuente: Excelsior

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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