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Opinión

Lección de buen gobierno y mejor política de medios en Veracruz Por Aquiles Córdova

En Hidalgotitlán, en el sur de Veracruz, hace rato que viene librándose una lucha entre un grupo de transportistas que pretenden el monopolio absoluto de esa actividad, respaldados por autoridades locales y estatales, y un grupo de trabajadores del volante que reclaman su derecho a un trabajo digno y legítimo para ganar el pan de sus hijos. Pero el asunto que hoy quiero tratar no es el fondo ni los pormenores del conflicto, sino una muy aleccionadora nota que apareció en uno de tantos “medios electrónicos” que saturan el espacio cibernético en nuestros días. El periodiquillo, que aparece con el título de Municipiossur.com, publicó lo siguiente el día domingo 25 de noviembre del año en curso (la sintaxis y la ortografía son del original):

<<“Paran de patas” a los miembros de “Antorcha Campesina”.- Ya era hora que alguien “parará de patas” a los miembros de “Antorcha Campesina”, ¿y saben quien fue el hombre que tuvo los “riñones” para hacerlo?, pues Santana Bahena Cruz, alcalde de Hidalgotitlán. A los “lidercillos” de la citada agrupación se les “apareció el diablo” cuando intentaron tomarle a Santana el palacio municipal, el edil, junto con varios colaboradores (¿en serio se trató de “colaboradores”? ¿qué clase de “colaboradores” hay en las oficinas municipales de Hidalgotitlán, pregunto yo? ACM) le acomodaron una soberana madriza a los señores de “Antorcha”. Los garrotazos y reatazos que recibieron fueron mas que suficiente para que se retiraran del lugar, y de un solo tajo se terminó la manifestación. Lo anterior habla de los “riñonsotes” de Cruz Bahena (sic),  ¡claro que si!. Y para que se escuchara muy lejos (¿hasta el palacio de gobierno de Veracruz, por ejemplo, pregunto yo? ACM), en efecto, el Presidente Municipal declaró: “En Hidalgotitlán mando yo”. Ahora si que los de “Antorcha Campesina” encontraron quien los pusiera en su lugar.>> Hasta aquí la nota de referencia.

Ahora bien, ante este exaltado homenaje a los “riñonsotes” del alcalde de Hidalgotitlán y al uso expedito y brutal de la violencia física que ese mismo señor empleó en contra de un grupo de sus gobernados, de parte de un medio informativo (por muy rupestre e insignificante que sea), no es posible dejar de hacerse ciertas reflexiones y preguntas que importan a la salud pública nacional y a quienes tienen el deber de hacer respetar las leyes y las instituciones que el país se ha dado para la convivencia civilizada de los mexicanos. Lo primero que destaca en la nota, es el absoluto desprecio hacia la causa de fondo que motivó la protesta que el de los “riñonsotes” (que tanto admira el redactor) terminó tan eficazmente “de un solo tajo”. En efecto, como se ve en lo transcrito, no hay una sola palabra sobre eso, lo que demuestra palmariamente que al reportero (o a su medio como tal) le vale un comino la problemática social, que le importa un bledo la legitimidad o ilegitimidad de la inconformidad popular, que la repudia y aplaude su represión violenta no en razón de los motivos que la animan, sino simplemente porque al señor reportero (o a quienes le pagan) le provoca urticaria la lucha organizada de la gente humilde y desamparada y para él eso basta. En seguida, llama la atención que la nota tampoco fundamente, ni poco ni mucho, la acusación de que los antorchistas “intentaron tomarle a Santana el palacio municipal”, lo cual la convierte en una afirmación sin fundamento, es decir, en una calumnia pura y simple. Por mi parte, como que soy uno de quienes han enseñado a los antorchistas su modo de actuar y defenderse, y como gente absolutamente respetuosa de la verdad, que nunca se defiende con mentiras sean cuales sean las circunstancias, afirmo que es totalmente falso ese “intento de toma” del palacio municipal. Lo que buscaba la protesta era hacerse escuchar por el alcalde y obtener justicia de su parte, que es muy distinto a lo que dice la nota en mención.

Suma y sigue. Pero, aun suponiendo sin conceder que los antorchistas intentaran cometer un ilícito, la pregunta obligada es: ¿puede, por sus puros “riñonsotes”, un presidente municipal salir al frente de un grupo de porros y golpeadores (que eso eran y no “colaboradores” como dice el reportero, a menos que se confiese que el cabildo municipal es un nido de pandilleros y malvivientes) a “madrear” a “garrotazos y reatazos” a los ciudadanos que gobierna? ¿Es lícito combatir el delito con otro delito? ¿Es legal que un gobernante tome directamente la justicia en sus manos y la aplique como lo haría una pandilla de malandrines de barrio? ¿Qué ley lo autoriza y reglamenta? De ser así, sería obvio que la Constitución General de la República y las fuerzas del orden saldrían sobrando, serían totalmente inútiles y todo se haría según los “riñonsotes” de cualquier caciquillo de poca monta. En caso contrario, el alcalde de Hidalgotitlán habría cometido un delito y debería ir a la cárcel por violación flagrante a las garantías constitucionales de sus gobernados.

Es sumamente grave y preocupante, por otro lado, que la prensa veracruzana se deshaga en elogios para un troglodita que ignora olímpicamente que vive y gobierna en un país de leyes (Municipiossur.com no es el único medio que celebra la paliza a los antorchistas; otros lo hacen también, aunque a su modo y más discretamente). Tanto se ha abusado del calificativo de “fascista”, aplicándolo a troche y moche sin saber siquiera su verdadero significado, que se ha desgastado hasta el punto de ya no significar nada para quien lo escucha o lo recibe; pero aquí, a la luz del encendido elogio a los “riñones” y al uso de la violencia brutal e ilegal en contra de ciudadanos inermes, no hay más remedio que decir que tanto el munícipe como sus amanuenses y lacayos mediáticos están protagonizando un acto de verdadero fascismo, un claro sacrificio de la ley y el derecho en las aras de los “riñones” y la violencia física, brutal y sin medida. Y es claro que el país no puede dejarse ir por semejante despeñadero, por lo que resulta indispensable preguntarse si el gobernador veracruzano, doctor Javier Duarte de Ochoa, está enterado de la barbarie de sus munícipes y qué piensa de ellos y de los medios informativos que los aplauden y azuzan en contra del derecho de manifestación pública. Y si no está de acuerdo con esto (como yo creo que no lo está), ¿qué medidas piensa tomar para hacer respetar las garantías constitucionales del pueblo veracruzano? A los señores de Municipiossur.com y consortes, sólo les deseo que pronto, muy pronto recojan una buena cosecha de lo que están sembrando, es decir, que reciban la misma dosis de “riñones” y de violencia que hoy tan alegremente celebran; pues sólo así entenderán que no es muy inteligente escupir en el agua que tal vez mañana tendrás que beber.

 

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Opinión

El movimiento. Por Raúl Saucedo

La Paz y otras banderas

Las Olimpiadas, más que un evento deportivo global, han sido un reflejo de la historia, la política y la sociedad mundial. Desde su origen en la antigua Grecia, donde se celebraban como una serie de competencias atléticas en honor a Zeus, los Juegos Olímpicos han evolucionado para convertirse en un símbolo de la unidad y la diversidad humana. Sin embargo, a lo largo de su historia, los Juegosolímpicos han estado inextricablemente ligados a los contextos políticos y sociales de los tiempos de la humanidad.

Uno de los momentos más emblemáticos de la historia olímpica moderna fue la reanudación de los Juegos en 1896 en Atenas, impulsada por el barón Pierre de Coubertin. Esta resurrección fue vista como un esfuerzo por promover la paz y la comprensión internacional, valores que siguen siendo fundamentales para el movimiento olímpico. Sin embargo, los Juegos han sido escenario de controversias y tensiones políticas. Un ejemplo notable es el boicot liderado por USAa los Juegos de Moscú 1980 en protesta por la incursiónsoviética a Afganistán, seguido por el boicot del bloque del Este a los Juegos de Los Ángeles 1984 en respuesta. Estos eventos subrayaron cómo las Olimpiadas pueden ser utilizadas como una herramienta de protesta política y diplomática.

La seguridad en los Juegos Olímpicos es una preocupación central, especialmente ante la amenaza del terrorismo. Desde el trágico ataque en Múnich 1972, donde un grupo terrorista palestino secuestró y asesinó a atletas israelíes, la seguridad se ha intensificado en cada edición. París 2024 no será una excepción; se implementarán medidas de seguridad sin precedentes, incluyendo tecnología avanzada, fuerzas de seguridad altamente capacitadas y colaboración internacional.

Las Olimpiadas de Tokio 2020 (celebradas en 2021) debido a la pandemia de COVID-19, representaron un hito único en la historia olímpica. A pesar de la ausencia de público en las gradas, los Juegos mostraron una resiliencia notable, adaptándose a estrictas medidas de seguridad sanitaria. Destacaron no solo por el rendimiento deportivo, sino también por su compromiso con la sostenibilidad, utilizando instalaciones temporales y materiales reciclados.

En términos económicos, las Olimpiadas también han tenido un impacto significativo. Las ciudades anfitrionas ven los Juegos como una oportunidad para el desarrollo urbano y económico, aunque esto a menudo viene con un alto costo. Las inversiones en infraestructura y la promoción turística pueden revitalizar economías locales, pero también pueden llevar a endeudamientos masivos. Atenas 2004 es un ejemplo de cómo los gastos olímpicos pueden contribuir a una crisis económica, ya que el presupuesto inicial fue superado significativamente, dejando al país con una deuda considerable.

Desde una perspectiva social, los Juegos Olímpicos han sido una plataforma para el cambio y la inclusión. Los Juegos de Berlín 1936, destinados a mostrar la superioridad aria,fueron testigos de las impresionantes victorias del atleta afroamericano Jesse Owens, desafiando la ideología nazi. Más recientemente, los Juegos han promovido la igualdad de género y la inclusión de atletas paralímpicos, reflejando un compromiso creciente con la diversidad.

Con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de París 2024, hay grandes expectativas tanto en términos de innovación tecnológica específicamente con Inteligencia Artificial como legado. París, que será la ciudad anfitriona por tercera vez después de 1900 y 1924, se ha comprometido a organizar unos Juegos sostenibles y accesibles. Un enfoque clave será la neutralidad de carbono, utilizando energías renovables y reduciendo el uso de plásticos.

Desde una perspectiva política, París 2024 será una oportunidad para Francia de reafirmar su papel en el escenario global, especialmente en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas en Europa y los desafíos globales que acontecen turbulentamente al mundo en este 2024 como el cambio climático y la era de la post pandemia del COVID-19. Los Juegos ofrecerán una plataforma para promover valores de unidad y cooperación internacional en un momento en que el mundo necesita más que nunca estas cualidades.

A pocas horas del encendido del pebetero olímpico y mientras algunos individuos lo confunden con conciertos de rammstein, yo felicito en su cumpleaños a dos grandes Chihuahuenses donde el guante y la pesa son testigos de su tenacidad y coraje.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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