México y Estados Unidos anunciaron ayer un acuerdo comercial bilateral, con la esperanza de que se sume Canadá y se convierta en el renovado Tratado Comercial de América del Norte (TLCAN), cuyas renegociaciones llevan más de un año.
Uno de los temas más controvertidos, y donde más costó llegar a un acuerdo, fue el automotriz. “Hubo tres temas que atoraron la renegociación en los últimos meses: cuotas temporales a frutas y hortalizas, la cláusula sunset —bajo la cual el acuerdo sería revisado cada cinco años— y las reglas de origen en materia automotriz”, dijo este lunes Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, en conferencia de prensa.
La regla de origen establece cuánto porcentaje de los componentes de los vehículos que se fabrican en México, Estados Unidos y Canadá debe proceder de algunos de estos países para que puedan comercializarse libres de arancel en Norteamérica. Según el TLCAN, la cifra es de 62.5%. Con el nuevo tratado, subirá a 75% (el otro 25% puede venir de cualquier otra parte del mundo).
El aumento puede parecer relevante, pero al mirar de cerca las cifras, apenas tendrá efectos. Según cifras de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus cifras en ingles), entre todos los vehículos ensamblados en México, sólo hay tres que actualmente no pagan arancel y tendrían que hacerlo con el nuevo acuerdo, porque están por encima del 62.5% de las reglas actuales, pero por debajo del 75% del nuevo tratado. Se trata del Nissan Versa Sedan, el Audi SQ5 y el Fiat 500.
Fuente: Expansión