La falta de transparencia con que se ha manejado el tema de la deuda de Chihuahua en el gobierno de César Duarte es preocupante. La insistencia en querer maquillar las cifras no hace otra cosa más que entorpecer el desarrollo del estado –aunque la deuda diga justificarse en pro de ese desarrollo– y que el pueblo chihuahuense haya perdido la confianza para con su gobierno.

Duarte recibió en 2010 una deuda de aproximadamente 12 mil millones de pesos de la administración de Reyes Baeza, cifra que aumentó a 41 mil 768 millones de pesos a 2013, es decir, un 300 por ciento más, según datos de la Secretaría de Hacienda. Número que fueron negados tanto por Duarte como por su secretario de Hacienda, Jaime Herrera, quienes fueron confrontados por José Reyes Baeza.

La situación es comparable con la del exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira, quien dejó endeudado a su estado con 34 mil millones de pesos y todavía ocupa el primer lugar de deuda pública en relación con las participaciones federales con 278.6 por ciento. Le sigue Chihuahua en segundo lugar con 270.6 por ciento, y eso que apenas vamos a un poco más de la mitad de su sexenio, ¿qué podemos esperar para la otra mitad?

Duarte asegura que quiere dejar una deuda no mayor a los 10 mil millones de pesos, pero lo más preocupante es que esos miles de millones de pesos que tenemos actualmente de deuda no se ven reflejados en ningún rubro social. Ya bien afirmaron expertos que de 1993 a 2010 la deuda creció de dos mil a 12 mil millones pero hubo una mejora notable en cuestión de infraestructura carretera, hospitalaria, educativa y de servicios públicos; por el contrario, de 2010 a 2013 la cifra aumentó a 42 mil millones y no se ven dónde estén repartidos.

Las jugadas de Duarte están saliendo mal, sus apuestas no han sido favorables ni para la ciudadanía –que es quien a fin de cuentas votó por él– ni para su carrera política. Sus miras a la presidencia del PRI al terminar su sexenio y para la elección presidencial de 2018, se ven lejanas, pues dejar a un estado endeudado no es buena referencia para ningún currículum.

Lo todavía más preocupante es que la deuda pública en los estados es de los principales problemas en las finanzas del país, ya que muchos han tenido que solicitar créditos ante las demoras de las participaciones federales  o los candados para bajar más recursos. Esperemos que Duarte no llegue al grado de Moreira de falsificar documentos para la solicitud de más créditos que soporten el endeudamiento.

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Hace unos días anunció que la capital gozará de agua potable en el 100 por ciento de las colonias, que se acabará el tandeo y que se contará con un sistema para detectar fugas y aprovechar ese recurso que se perdía; sin embargo, queda un punto por definir: ¿Cómo hacer que los chihuahuenses entren en una cultura del cuidado del agua? No existen programas enfocados en concientizar a la población.

Duarte señaló que con este proyecto tendremos agua potable para los próximos 25 años, pero la explotación de los recursos naturales y la manera en que el hombre se los está acabando no nos asegura que para ese entonces existan las condiciones para garantiza el servicio. Hace falta una concientización ya no sólo local sino global del problema que enfrentaremos. Es increíble que a pesar de vivir en una región extremosa, donde el agua escasea, todavía muchos laven su auto a manguerazos.

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También nos sorprende que los diputados sigan empeñados en trabajar con base en favoritismos. Ya tuvieron problemas con la designación de las consejeras al Ichitaip, Nancy Martínez Cuevas y Alma Rosa Armendáriz Sigala, al elegirlas sin sustento, por eso que el juez octavo de distrito en Chihuahua, Ignacio Cuenca Zamora, ordenara dejar sin efectos el nombramiento.

Ahora, a unos días de elegir a los próximos consejeros, Amanda Córdova, una de las candidatas, denunció que no fue elegida en la lista de 20 candidatos aptos para el puesto a pesar de que sólo ella y Rodolfo Leyva (a quien dejaron fuera la pasada elección) fueron los únicos que pasaron el examen. Esto nos habla de que de nuevo se llevará a cabo una elección viciada. ¿Hasta cuándo los funcionarios mexicanos dejarán de ser tan chuecos?

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José Luis Armendáriz, cabeza de la Comisión Estatal de Derechos Humanos ya ha dejado ver sus aspiraciones para reelegirse como ombudsman de Chihuahua, luego de que concluya su administración el próximo 14 de abril. Con esta serían ya tres reelecciones para el mismo puesto, que muchos dicen, él está seguro de poder ganar.

 Armendáriz ha trabajado bien, tal vez se ha silenciado en algunas cosas pero en lo general ha hecho los posicionamientos correspondientes en contra de dependencias, grupos o funcionarios que han atentando contra los derechos humanos. El monitoreo a centros penitenciarios que realiza la CEDH es pionero a nivel mundial e incluso Estados Unidos analiza replicarlo. Eso le da puntos a favor.