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Si no lo viste, no te perdiste nada; gana conferencia Americana el pro bowl

En un partido donde la gran ausencia fueron las defensivas, la Conferencia Americana se adjudicó el Tazón de los Profesionales de la NFL, al derrotar este domingo a la Conferencia Nacional por 62-35.

En conjunto, ambas escuadras avanzaron casi 900 yardas totales, el equipo ganador impuso marca de puntos anotados, con 62 además de que se lanzaron 10 pases de touchdown: cuatro de la Conferencia Americana y los seis restantes de la Conferencia Nacional.

El mariscal de campo novato de Halcones Marinos de Seattle, Russell Wilson, completó ocho de sus 10 pases para una ganancia de 98 yardas con tres de anotación.

El quarterback Eli Manning completó 16 de sus 23 envíos para un avance de 191 yardas con dos de touchdown y una intercepción, mientras Drew Brees completó ocho de los 11 pases que hizo, logrando 131 yardas, con uno de anotación, sin intercepciones.

Por la Conferencia Americana sus mariscales de campo fueron Peyton Manning, quien completó seis de los 12 pases que hizo, para ganar 43 yardas, con uno de anotación, y Matt Schaub, quien completó 12 de los 22 pases que hizo para una ganancia de 113 yardas, con uno de touchdown y sufrió dos intercepciones.

Pero el que mejor desempeño tuvo fue el novato de Potros de Indianápolis, Andrew Luck quien completó 12 de los 19 pases que lanzó para un avance de 205 yardas con dos de touchdown y sufrió una intercepción.

El jugador más valioso del partido fue el ala cerrada de Vikingos de Minnesota, Kyle Rudolph, quien atrapó cinco pases en los que ganó 122 yardas y logró que una de estas atrapadas fuera de touchdown.

Los tres pases anotador que lanzó Wilson en el tercer cuarto fueron al corredor Doug Martin, a quien halló en envío de 28 yardas; al receptor abierto Larry Fitzgerald, a quien encontró en lanzamiento de nueve, y al receptor abierto Vincent Jackson, con quien se conectó en pase de cinco.

Por su parte, Eli Manning conectó sus pases de anotacón en el segundo cuarto, primero con su coequipero, el puertorriqueño Víctor Cruz, a quien halló en envío de nueve yardas y después con el ala cerrada Kyle Rudolph, a quien encontró en pase de tres.

El último pase de touchdown de la nacional lo consiguió Drew Brees, quien halló en pase de 36 yardas a Vincent Jackson.

Por lo que toca a la Conferencia Americana, dos de sus pases de anotación los logró Andrew Luck, quien en ambas ocasiones encontró a su receptor A,J. Green, en envíos de cuatro y 49 yardas.

Green atraparía un tercer envío en las diagonales en este cotejo, al capturar lanzamiento de seis yardas de Peyton Manning, y Matt Schaub completó la faena al conectarse en lanzamiento de cuatro yardas con Joshua Cribbs.

Anotación por cuartos:

Total

Conferencia Nacional 7 24 21 10 — 62

Conferencia Americana 7 7 7 14 — 35

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Crónica: México y Aguirre, sin alma ni rumbo en la Copa Oro

Por más que la camiseta pese, por más que la historia respalde, la Selección Mexicana parece no encontrar la brújula bajo la gestión de Javier Aguirre. La victoria de este miércoles ante Surinam —sí, Surinam— fue otro capítulo que exhibe más dudas que certezas en el proyecto que supuestamente debe llevarnos con orgullo al Mundial 2026… en casa.

Con un fútbol carente de idea, ritmo y entusiasmo, el equipo tricolor se impuso gracias a un doblete del defensa César Montes. Porque sí, los goles no llegaron de los pies de los delanteros de “calidad europea”, sino del central regio, que resolvió con su estatura lo que los creativos no supieron construir.

Aguirre, viejo lobo de mar, parece haber perdido el timón. Su equipo no emociona, no propone, y apenas supera a rivales que, en el papel y en el ranking FIFA, están a años luz de distancia. El problema no es solo táctico: es de fondo. México juega con flojera. Literal y figuradamente.

En un torneo como la Copa Oro, que por sí solo despierta poco interés fuera del círculo inmediato de Concacaf, lo mínimo exigible es un desempeño decoroso, uno que permita vislumbrar una identidad. Pero este Tri parece más preocupado por no perder que por proponer. Como si el objetivo fuera únicamente evitar la catástrofe.

El aficionado mexicano —eterno resiliente— no es ingenuo: ha visto a su selección tocar el cielo y arrastrarse por el suelo. Pero no merece la apatía que hoy ve en pantalla. Hay más emoción en las gradas que en la cancha. Y eso, en plena cuenta regresiva hacia una Copa del Mundo en casa, es inadmisible.

¿Qué sigue, Javier Aguirre? Porque el margen de error ya no existe. Porque el discurso del “trabajo a largo plazo” se agota. Porque un Mundial en casa no se juega: se honra.

Y este equipo, simplemente, no lo está haciendo.

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