La elegante actriz desvió la atención del estreno neoyorkino de Los Miserables al ser captada sin ropa interior (ve aquí la nota) cuando salía del coche en dirección a la alfombra roja, y poco después no dudó en mostrar su enfado por la actitud de los fotógrafos. En su opinión, los medios gráficos se «aprovecharon» de un momento de debilidad para compartir con el mundo unas imágenes bochornosas que deberían haber desechado.
«Obviamente fue un incidente muy desafortunado, algo que lamento profundamente por dos razones. La primera es que me parece muy triste que vivamos en una época en la que las faltas de respeto están a la orden del día. En vez de tratar de proteger mi intimidad, los fotógrafos se aprovecharon de mi vulnerabilidad y vendieron mi humillación», reconoció en el programa matutino ‘Today Show’, del canal estadounidense NBC.
Además de la afrenta personal vivida, Anne se mostró muy molesta por el afán de lucro que mueve a los medios en relación a asuntos controvertidos como el sexo, lo que recordó a la artista el tormento que experimenta su personaje en Los Miserables. En la obra de Victor Hugo, Fantine se ve obligada a vender su cuerpo para asegurar la manutención de su hija, una actividad que, como asegura, no se diferencia demasiado de la actitud de los paparazzi.
«Me parece terrible que vivamos en una cultura que comercia con la sexualidad de las personas, incluso con la de aquellas que no están dispuestas a exhibir su cuerpo. Me parece que está totalmente relacionado con lo que vive mi personaje de Fantine, que debe prostituirse para sobrevivir y cuidar de su hija, y que se ve obligada a hacerlo a pesar de que le repulsa. Reconozco que me sentí abusada y devastada por lo ocurrido, que fue una invasión total de mi intimidad», explicó.
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