Si extrañaba los operativos conjuntos de militares, federales y policías; enmascarados, armados hasta los dientes y bien pero bien malotes, pues deje de llorar porque ya volvieron a petición de las autoridades.

El anuncio que hizo el gobernador César Duarte en Guachochi ya se materializó y ahora las células mixtas empiezan a recorrer los puntos neurálgicos de la violencia como son la zona centro-sur de la entidad.

No obstante, el problema parece ser el de siempre. No se ha hablado de una estrategia con todo lo que debe llevar: objetivos, acciones específicas, plazos, métodos y metas, sino que simplemente les dijo “ahí les encargamos” y van a intentar poner orden, sin tener orden entre ellos. Ya nos pasó seis años y vamos por más: tirar balazos y detener a quien se pueda, para que nadie diga que no se hace nada.

Ya que hablamos del gobernador, parece que está decidido a poner de su parte para solucionar las demandas de los barzonistas y ambulantes. Para que no se sientan mal atendidos, hizo un espacio en su agenda para integrar cinco mesas de trabajo con ellos, las cuales comenzaron a operar este jueves.

Pero apenas están atendiendo a unos inconformes, cuando ya salieron otros a relucir. Se trata del Frente de Consumidores, el cual pretende ser horizontal, pero destaca la participación de dos activistas llamados Carlos y Benjamín, así como la de algunos adultos mayores.

Estos personajes por lo general llegan en camión o amontonados en vehículos viejos y quienes los conocen aseguran que se dedican a actividades humildes vinculadas con la albañilería y aborrecen a todos los partidos, incluyendo los de izquierda, a los que califican de farsantes. Y tienen razón.

Al verlos, se nota de inmediato que son un movimiento desorganizado, compuesto por personas sencillas, adultos mayores y amas de casa, sin un liderazgo claro, y eso podría ser lo mejor, pues si bien podrían ser tachados de radicales, lo cierto es que mantienen desde hace años una férrea resistencia contra los abusos de la CFE, la JCAS, los precios del gas y el aumento a los productos básicos.

En esta ocasión, protestaron frente a la CFE para protestar por los cobros excesivos (y documentados) por parte de la paraestatal, y luego acudieron al Congreso para exigir una tarifa preferencial de energía eléctrica para mitigar el calor del verano, una demanda que también ha respaldado el gobernador y grupos campesinos, entre otros.

Donde tampoco baja la tensión es en el sector de bares y restaurantes, pues tras la muerte de dos empresarios de su gremio en circunstancias similares y casi el mismo día, a nadie convence el “estamos investigando” o el “son hechos aislados”.

Y ya que estamos con bares, nos contaron que el bar Las Ánimas, propiedad de Omar Díaz Arias, detenido hace unas semanas por posesión de droga y armas exclusivas del Ejército, ha sido objeto de un constante acoso de Gobernación municipal, pues Torres Cardona está decidido a cerrar el changarro.

Días después de la detención del exlíder del Frente Juvenil Revolucionario, el establecimiento fue cerrado debido a que el personal se encontraba limpiando, pese a que había un acuerdo de empresarios del sector y la autoridad de dar unos minutos de tolerancia para limpiar un poco.

Pero eso no ha sido todo. Este bar ha sido amonestado por no vender comida, ya que su permiso es de restaurant bar. También intentaron clausurarlo por no contar con calefacción y porque algunos de los jóvenes que ahí acuden se han atrevido a bailar en el patio central del establecimiento. Es bueno que se aplique el reglamento, pero ojalá y no se trate sólo de una presión contra Díaz, sino de una política de cero tolerancia a irregularidades en establecimientos nocturnos.

El que tampoco tuvo una segunda oportunidad fue Leobardo Díaz Estrada, presidente municipal de Urique, quien murió al caer su camioneta a un barranco mientras iba acompañado del director de Obras Públicas Rafael Ramírez Muñoz.

Hasta el fondo cayó también Alfredo de la Torre, exdirector de la Facultad de Contaduría y Administración, quien tuvo que desempolvar sus temarios ya que se dedicará a dar clases. Existe aún bastante descontento, pues sus defensores aseguran que cuando el sol salía él ya estaba trabajando y cuando oscurecía aún faltaba mucho para que acabara su jornada.

Lo cierto es que De la Torre ya es historia, pero ahora que se publicó la convocatoria para elegir una terna, deberán pasar al menos 27 días para que el grupo de tres llegue ante el Consejo Universitario. Mientras los candidatos deberán registrarse, gozar del visto bueno y hacer campaña.

Luego, el rector deberá decidir un día para que el Consejo sesione y elija al candidato, quien ostentará el cargo a partir de esa fecha hasta septiembre del 2016, así que vale mucho la pena el agarrón.