Conecta con nosotros

Resto del mundo

Muere la jueza norteamericana Ruth Bader Ginsburg a los 87 años

Published

on

La jueza de la Corte Suprema de Justicia de EE.UU. Ruth Bader Ginsburg falleció el viernes a los 87 años, anunció la corte.

Ginsburg fue designada en 1993 por el presidente Bill Clinton y en los últimos años se desempeñó como la miembro más importante del ala liberal de la corte, con votos progresistas sobre los temas sociales más divisivos del momento, incluidos los derechos al aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, los derechos al voto, la inmigración, la atención médica y la acción afirmativa.

En su trayectoria, desarrolló un estatus de estrella de rock y fue apodada «Notorious R.B.G.». Cuando participaba en eventos por todo el país, ante audiencias liberales, era recibida con ovaciones y hablaba sobre su visión de la ley, su famosa rutina de ejercicios y sus usualmente feroces disidentes.

Ginsburg sufrió cinco episodios de cáncer. El más reciente fue una reaparición a principios de 2020. En ese momento, una biopsia reveló lesiones en el hígado. En un comunicado, la jueza dijo que la quimioterapia estaba dando «resultados positivos» y que podía mantener una rutina diaria activa.

«A menudo he dicho que seguiré siendo miembro de la corte mientras pueda hacer el trabajo a toda marcha», señaló Ginsburg en un comunicado en julio de 2020. «Sigo siendo plenamente capaz de hacer eso».

Resto del mundo

Los retos de la Inteligencia Artificial ante un verano muy caliente

Published

on

By

El término “invierno de la inteligencia artificial” fue introducido por Roger Schank y Marvin Minsky en 1984, en la convención anual de la Asociación Norteamericana de Inteligencia Artificial (AAAI).

En ese encuentro advertían acerca de un probable estancamiento en el ámbito de la IA, caracterizado por una merma en el financiamiento y el entusiasmo hacia esta disciplina. La metáfora vino inspirada por el “invierno nuclear” del que se hablaba durante la Guerra Fría ante el riesgo de ataques con bombas atómicas, para ilustrar un periodo de declive, luego de una etapa de elevadas expectativas, respecto a las capacidades de la inteligencia artificial.

Cambio de narrativa

La revolución de la inteligencia artificial(IA) está marcando un antes y un después en diversas actividades profesionales, redefiniendo roles y automatizando ciertas funciones, particularmente aquellas caracterizadas por su repetitividad o la gestión de extensos volúmenes de datos.

Un informe del Departamento de Educación del Gobierno británico publicado a finales de 2023 evaluaba los posibles efectos de la IA en el mercado de trabajo de Reino Unido, señalando las debilidades de algunos puestos de trabajo. Algunos ejemplos que se encuentran en la línea de fuego de esta transformación tecnológica son: analistas de datos, periodistas, personal de back office, agentes bursátiles y traders, auditores y contables, consultores y analistas económicos, asesores financieros y analistas de riesgos financieros, entre otros.

IA y enriquecimiento global

McKinsey Global Institute ha examinado el impacto de la inteligencia artificial en campos como la economía y las finanzas, con un enfoque particular en su influencia en el ámbito laboral.

Los resultados de la investigación sugieren que, a pesar de los desafíos asociados con su adopción y absorción, la IA tiene el potencial de generar una actividad económica adicional a nivel global de entre 2,6 y 4,4 miles de millones de dólares anuales. Por ejemplo, el PIB español en 2021 fue de 1,4 mil millones de dólares. Esto aumentaría a nivel global el impacto de la inteligencia artificial en la economía entre un 15 y un 40 %.

El panorama de la IA ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, con un marcado incremento tanto en su adopción como en la inversión por parte de las organizaciones. Desde 2017, la implantación de la IA se ha duplicado y actualmente más de la mitad de las empresas dedican más del 5 % de sus presupuestos para digitalización a esta tecnología.

Valor añadido e innovación

Ante el imparable avance de la inteligencia artificial, es momento de encarar la realidad: la entrada de la inteligencia artificial a las empresas afectará al trabajo de las personas, que deben reinventar su lugar en el mercado de trabajo.

Hay que evitar la llegada del “invierno del trabajo”: la formación de valor añadido y la habilidad de pensar de manera innovadora, lo que llaman “pensar fuera de la caja”, ya no son meros complementos sino requisitos indispensables para no verse relegados en sus funciones.

La innovación y la ética deben ir de la mano en este nuevo escenario, pero, sin una dosis de creatividad y aporte único, el desarrollo humano y el crecimiento profesional corren el riesgo de estancarse.

Este cambio de paradigma no admite términos medios: o los trabajadores se mantienen evolucionando constantemente o se quedarán atrás.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto