Si la ropa revela tu personalidad, también los zapatos. Así lo afirma un estudio realizado en la Universidad de Kansas, el cual sostiene que se puede predecir con bastante precisión algunas de las características personales de alguien, según el calzado que usa.
Nuestra imagen exterior general, compuesta por el vestido, corte de cabello, maquillaje y aseo, puede descifrar algunas señas de los individuos, pero los zapatos parecen dar indicaciones más precisas.

Al menos eso es lo que buscaba Omri Gillath, profesor de Psicología Social de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos, cuando inició una investigación para saber cómo las personas detectan similitudes entre ellas mismas.

“Queríamos saber si se puede tomar un solo elemento clave, como los zapatos, y lograr una especie de imagen instantánea que divulgue rasgos de edad, nivel social, grupo demográfico y personalidad.

“Lo que más sorprendió fue descubrir y detectar ciertas conductas como amabilidad, inseguridad, ansiedad y aislamiento”.

Asimismo, agregó que los que usan zapatos de bota alta tienden a ser menos amables, poco simpáticos e inclinados a evadir vínculos íntimos.

“Esa preocupación que pueden generar las relaciones íntimas (que la pareja lo va a abandonar a uno o no lo ama lo suficiente) es la ansiedad que un individuo no manifiesta externamente”, afirma el académico.

“Es algo que usualmente surge en una sesión de preguntas y respuestas”, señala.
También va correlacionado al tono. Entre más coloridos están menos afectados debido a la ansiedad causada por dichas relaciones.

En ese mismo ámbito, el análisis pudo establecer una conexión entre otros factores: las botas de montañismo generalmente pertenecen a personalidades testarudas y los tacones, entre más altos, representan cierta inestabilidad emocional.
“Pero, en general, se puede mirar los zapatos de alguien y hacerse una idea de su personalidad”, fue la conclusión de Omri Gillath.

La otra versión
Kathy Andersen, autora y asesora de desarrollo personal y liderazgo, sostiene que los zapatos pueden reflejar dinero, estatus y la imagen que alguien le gustaría proyectar, pero no su felicidad, satisfacción o propósito en la vida.
Ella relata haber estudiado finanzas y ser una ejecutiva que viajaba por todo el mundo y tener un salario que rondaba en los cientos de miles de dólares. Los zapatos que usaba contaban esa historia, pero no reflejaban quién era en realidad. “Cambié mis tacones de ejecutiva por botas de montañismo y me fui en una aventura hace diez años”, confesó. “Al cambiar mis zapatos me di cuenta de que podíamos modificar nuestra perspectiva de la vida, los sueños y la manera de pensar respecto a quienes somos y lo que podemos alcanzar”.
Andersen escribió el libro Cámbiate los zapatos, para estimular a otros a liberar su verdadero ser.