El padre de Clara, Raúl Armendáriz, comenta que la muerte de su esposa le provocó un profundo estado de tristeza y desolación que hasta hoy no supera, y sólo eso le ayuda a entender cómo podía ver el notorio cambio en el carácter cada vez más sombrío de su hija, pero no su embarazo.

Raúl Armendáriz no justifica el actuar ni el silencio de su hija, pero lo comprende porque junto con ella y su otro hijo, vivió en carne propia un dolor que aún no supera ninguno de los tres, mismo que, relata, le ha impedido no solamente manejar el duelo por el que él -ahora viudo- atraviesa, sino que tampoco ha podido ayudar a sus hijos a superarlo.

Es al mismo luto no superado, a lo que atribuye nunca haberse dado cuenta del embarazo de su hija, quien además nunca mostró síntomas de su estado de gravidez, al menos no evidentes.

Armendáriz trata de describir el actuar de su hija como una cadena de errores iniciados desde involucrarse con un hombre que no asumió su responsabilidad al saber que esperaban un hijo; pero aunque comprende, como padre de Clara le duele que su hija no haya tenido el valor de confesarle todo, culminando con el peor error de todos que fue el no recibir atención médica adecuada poniendo en riesgo la vida de las dos (mamá y bebé), en vez de haber recurrido simplemente a él como su papá o a su familia.

No obstante, también destacó que no concibe más que como un linchamiento en contra de su familia, la animadversión que enfrenta por personas que la tratan como criminal, cuando su hija estaba tan asustada y desvalida que no tuvo fuerza ni para recurrir a los que la amaban como él mismo. Raúl Armendáriz sostiene que toda la situación mediática y social adversa, le parece la peor de todas las injusticias, además de la que sería que el Estado no le regresara a su nieta.

«Su ausencia nos está doliendo como nos dolió la partida de mi esposa, al menos aquí tenemos herramientas legales para poder recuperarla y sanar todo lo que nuestra familia merece y necesita sanar. Ojalá las autoridades nos vean como lo que somos, una familia que busca cerrar heridas que vienen abiertas desde antes de lo que esta situación legal nos obliga, pero comprendemos también que debemos pagar el precio de nuestros actos y aquí estamos enfrentándolos como familia y esperamos que ésta lucha nos permita tener a mi nieta en casa pronto, para dejar de padecer todos éste sufrimiento por no tener a la bebé con nosotros.»

@Doany

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