No se puede tapar el sol con un dedo, y por mucho que se cacaree que la Sierra es plenamente segura y que se puede recorrer sin problemas en estas vacaciones, no es más que una buena intención del gobernador César Duarte.

Las versiones chocan: por un lado la Fiscalía y el propio gobernador simplemente niegan todo y dicen que nada a pasado, pero por otro empiezan a correr imágenes de los muertos regados, los rumores en redes sociales y varios elementos que nos hacen dudar, cuando menos.

Esto ocurre a pocas semanas de que se cancelara el Ultramaratón Caballo Blanco en Urique debido a enfrentamientos entre narcos a escasos kilómetros de la carrera. En esa ocasión las autoridades también negaron cínicamente la cancelación, pese a que en redes sociales abundan videos del momento justo en que se despachó a los corredores, escoltados y huyendo de la región bajo fuego. El mensaje oficial fue, como siempre: no pasa nada.

Otro punto importante es la inconformidad de los policías que permanecen en aquella convulsa región, quienes no sólo enfrentan las balas del narco sino el hambre que les imponen sus superiores, como señalan en un mensaje enviado a esta columna: “Nombre, acá nos tienen muertos de hambre. Nos dan 8 mil pesos cada día 20 para comprar mandado para 25 elementos (320 pesos mensuales) pero como no le han pagado al súper de donde sacamos mercancía, está suspendido el crédito. Tenemos que comer de nuestra bolsa».

Hay que mencionar también el estado de las carreteras, que en la Sierra es muy bueno, al igual que en la mayoría de las ciudades, pero queda a deber el tramo federal de Juárez a Chihuahua, pues viajar en la Carretera 45 es jugarse la vida, y por eso el mandatario está presionando para que se tape el pozo antes de que caigan más niños.

Pero los problemas del estado pueden pasar a segundo término, al menos mientras dura la Juangamanía que se desató en Ciudad Juárez, pocos días antes del comienzo de las campañas, en las que el ‘Divo de Juárez’ anunció que volverá a residir en la frontera pues afirmó que es más segura.

Hay quienes apuestan doble contra sencillo a que todo es una farsa y que no pasará de una manita de gato a su casa y unas fotos en los jardines, pero el mensaje está dado y quedó claro en la canción que le compuso al propio mandatario, con quien ha tejido una íntima amistad: Ahora es más limpio / Ahora es diferente / Ahora es más grande / Tiene más baluarte / Ahora hay más confianza / Gracias César Duarte / Me voy aparte.

Les salió tan bien el numerito preelectoral que a pesar de los abucheos al ballezano extenderán el efecto Juanga a la capital, donde ciertamente tendrá mucho menos presencia por una mera cuestión poblacional, pero servirá para bañar en Noa-Noa la imagen del mandatario, desgastada por los escándalos de corrupción que hasta la fecha no ha aclarado y por la oposición, interna y externa, de quienes se han sentido desplazados o maltratados por el autoritarismo.

Pero ahí no queda el escándalo, pues el PAN está listo para correr el spot de radio que le habían censurado, pero que al final fue autorizado por el Instituto Nacional Electoral, en el que se dejan ir fuerte contra el mandatario, precisamente por escándalos de corrupción como el Banco Unión Progreso, el monopolio ganadero, las medicinas a sobreprecio, las farmacias, hoteles y un montón de propiedades y transas que le atribuyen al gobernador.

El Tribunal Federal Electoral falló a favor del PAN y en vez de sancionarlos como exigió el PRI les dio luz verde para escupir lodo.

Pero en los cuarteles políticos no preocupa tanto eso, sino los cambios que deberán hacer en la operación política, ya que ahora están las redes sociales listas para documentar y difundir las mapacherías que abundarán a partir de ya, y para eso deben tomar grandes precauciones aunque al final habrá escándalos. De nosotros se acuerdan, no tardan en comenzar a difundirse las despensas, condicionamientos de apoyos, etc.

Volviendo rápidamente al tema de la Sierra, pero más en lo político, el padre y activista Javier ‘Pato’ Ávila le exigió al gobernador César Duarte Jáquez que cumpla con su promesa y aclare ante los medios de comunicación las difamaciones en su contra que se han difundido en medios locales –en especial de la Organización Editorial Mexicana (OEM)– a raíz de su activismo. Le recriminó que pese a que él mismo y diversas organizaciones le han enviado cartas para pedirle aclare el asunto, el mandatario no ha respondido.

El padre Avila lleva más de 30 años de labor en la Sierra Tarahumara, y ha sido reconocido internacionalmente por su trabajo como defensor de las comunidades indígenas. Desde el año 2008 ha acompañado a las víctimas de la masacre de Creel, municipio donde 11 personas, entre ellas niños, fueron ejecutadas por un comando. Por las amenazas que ha recibido tiene medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Ávila acusó a medios como El Heraldo de Chihuahua de difundir con dolo imputaciones graves en su contra, acusándolo de haber trabado dos obras importantes y en términos difamatorios, junto con otros dos sacerdotes, cuatro organizaciones de la sociedad civil, así como el senador Javier Corral y el activista Jaime García Chávez.

También aclaró que él no es el responsable de la suspensión del Aeropuerto de Creel y del gasoducto El Encino Topolobampo, ya que en el primer caso la suspensión fue por la orden de un juez, en la que el sacerdote no tiene qué ver, y en el segundo se violó el derecho de los pueblos indígenas a ser consultados, según se estipula en la legislación local, nacional e internacional.

Aquí de fondo hay una lucha de intereses entre quienes quieren saquear lo que queda de la Sierra sin consultar más que a sus propios intereses, y quienes se aferran (con un mucho de protagonismo) a defender a los pueblos, sus derechos y sus intereses.

Y ya que andamos en lo nacional, La Comisión Nacional de los Derechos Humanos exhibió numerosas irregularidades en las cárceles del país, incluido Chihuahua, donde se detectaron deficientes condiciones materiales; insuficiencia en los servicios; desigualdad entre las áreas varonil y femenil; alimentación deficiente; maltrato; sobrepoblación y hacinamiento; autogobierno, cobros y privilegios; prostitución, golpes, maltratos, inadecuada separación y clasificación, y aplicación discrecional de sanciones disciplinarias.