Dos hermanos gorila que habían sido separados para que uno de ellos entrara a un programa de alimentación, se reencontraron después de dos años con un emotivo abrazo, saludos de mano y jugueteos.

De acuerdo a la información del diario inglés Mirror, Kesho fue llevado de Dublín, Irlanda, a Londres para tomar un programa especial de alimentación. Alf se quedó entonces solo en la reserva de Wiltshire.

En Londres, Kesho fue atendido por especialistas, pues tenía problemas para tener descendencia. Los análisis arrojaron que era infértil. Sin embargo, la relación cotidiana con hembras de su especia le beneficio en su apariencia: subió su nivel de testosterona, aumentó su peso hasta las 200 libras y su cabeza y nuca se agrandaron.

A pesar del cambio, Alf no tuvo problemas para reconocer a Kesho. Mark Tye, uno de los cuidadores de los gorilas, afirmó que sabían que se reconocerían, «pero en el momento en que se encontraron podías verlo en sus ojos».

“Estuvieron muy cariñosos en la jaula que temporalmente los separó. 24 horas después los pusimos juntos y fue como si nunca los hubiésemos separado. Estaban de muy buen ánimo y hubo muchos juegos, caídas y rodadas por el piso, pero ninguna agresión”, agregó.

Los especialistas afirmaron que no es común que los machos de esta especie tengan actitudes infantiles, pues normalmente tienen peleas para mantener la supremacía de uno sobre el otro.