La familia Pineda caminó hacia el norte durante más de un mes con una caravana de migrantes centroamericanos que ahora se encuentra cerca de la frontera de México con Estados Unidos. Pero ellos estuvieron huyendo en Honduras por mucho más tiempo debido a temores de persecución política.
Según describió la familia, hombres encapuchados con uniformes militares llegaron a su puerta en la ciudad de Peña Blanca en noviembre del 2017, blandiendo sus pistolas y dándoles dos opciones: irse o morir.
Decidieron refugiarse con amigos y familiares durante casi un año, dijeron, antes de unirse a otras miles de personas en un viaje de 4,500 kilómetros hacia Estados Unidos en octubre.
La confrontación ocurrió el 26 de noviembre del 2017, la noche de las elecciones presidenciales de Honduras. Activos en el grupo opositor izquierdista Partido Libre, los Pineda creen que quienes los amenazaron eran leales al presidente conservador Juan Orlando Hernández.
Según un reporte de Naciones Unidas, sus fuerzas de seguridad mataron a al menos a 16 personas en las principales protestas callejeras que ocurrieron tras su controvertida reelección y nadie ha sido acusado penalmente.
“Me dijeron que por involucrar a la gente en los partidos políticos me iban a llenar de plomo”, dijo Secundina Pineda, de 25 años, una de las cuatro hermanas que viven con su padre de 65 años y un niño dentro de una tienda de campaña en un campamento de migrantes en Tijuana, México.
Su historia ilustra la violencia política en gran parte pasada por alto en Honduras que, junto con la pobreza extrema, ha ayudado a crear una crisis humanitaria en la puerta de acceso a Estados Unidos.
Reuters no pudo verificar la historia de los Pineda, que fue narrada en gran parte por Secundina. Un portavoz de las fuerzas armadas hondureñas negó vehementemente la versión o cualquier otra persecución política.
Pero los observadores de derechos humanos en Honduras y abogados que representan a los migrantes de la caravana dijeron que han escuchado historias similares de que las fuerzas de seguridad ingresaron a sus hogares e intimidaron a los activistas políticos de la oposición.
En un país con uno de los índices de homicidios más altos del mundo, los escuadrones de la muerte llevaron a cabo 38 masacres de cinco o más personas en el 2018, dijo Berta Oliva, directora del grupo de derechos humanos Comité de los Familiares de Desaparecidos en Honduras (COFADEH). Sostuvo que los casos políticos son dados de baja como delitos comunes.
“Las fuerzas armadas hondureñas no persiguen absolutamente a nadie”, dijo el capitán José Domingo Mesa, un portavoz militar. “Muchas personas que están tratando de conseguir asilo (en Estados Unidos) están tratando de buscar justificaciones políticas, muchas veces culpando a las Fuerzas Armadas”, agregó.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.