Al menos ocho personas murieron y otras 38 resultaron heridas en dos ataques en distintas provincias del sur de Turquía, atribuidos por los medios turcos a la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Dos civiles y un policía murieron en un ataque en Kiziltepe, en la provincia de Mardin, mientras que otros cuatro civiles y un agente murieron al estallar un coche bomba al paso de un vehículo policial en Diyarbakir, informó el ministro de Comunicación, Ahmet Arslan.
El primer ataque fue el de Kiziltepe, municipio situado a unos 20 kilómetros al suroeste de Mardin y a unos 12 de la frontera siria, que fue cometido sobre las 15.00 GMT al explotar un vehículo cargado de explosivos, aparcado en el arcén de la carretera.
Allí murieron un policía y dos civiles y hubo veinte heridos, cinco de ellos agentes y el resto civiles, informó Arslan en declaraciones recogidas por la cadena NTV.
El diario Hürriyet precisa que aparte de estos heridos ingresados en los hospitales, varias decenas de ciudadanos sufrieron heridas leves y fueron atendidos de forma ambulante por las unidades médicas desplazados al lugar.
El ataque de Diyarbakir, realizado con una táctica muy similar unos cuarenta minutos más tarde, ha costado la vida a cuatro civiles y a un policía, señaló Arslan, precisando que en ambos casos se trató de un ataque con coche bomba.
El ministro agregó que cinco policías fueron heridos de forma leve en el ataque mientras que la cadena NTV destaca que hubo, además, ocho heridos civiles.
Esa emisora señala que el coche bomba, al estallar, prendió fuego a otro vehículo en el que viajaba una familia, causando la muerte de tres o cuatro de sus miembros.
En los últimos meses, la guerrilla kurda ha usado con frecuencia la táctica de lanzar coches bomba contra furgonetas de la Policía que transportan a los agentes que inician o han terminado su turno de trabajo.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.