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Revista

Revelan verdaderos motivos del divorcio de Bradley e Irina

Bradley Cooper e Irina Shayk se separaron después de cuatro años de relación y una hija en común. Fue el Daily Mail quien aseguró que la modelo hizo sus maletas y abandonó la casa que ambos compartían en Los Ángeles.

Inmediatamente se empezó a especular sobre un posible romance entre el actor y Lady Gaga tras la presentación que ambos protagonizaron en la pasada entrega del Oscar donde se rumoraba que había surgido una relación durante la grabación de película A Star Is Born.

La cantante fue la primera en la lista de los motivos que llevarían al actor y la modelo a romper su relación, pero Gaga negó todo y dijo que nunca había tenido nada con Cooper más que una bonita amistad y trabajo.

Poco después de que fuera oficial la separación, salió a la luz que la pareja tenía meses distanciados y que solo estaban juntos por su hija, Lea De Seine, de dos años de edad.

Sin embargo, medios internacionales han revelado la que habría sido la verdadera causa por la que Bradley Cooper e Irina Shayk habrían dado punto final a su relación.

Ahora resulta que en los papeles de divorcio de la pareja, se señala que la razón de la ruptura habría sido la mamá del actor, la señora Gloria Cooper, según la información que aún no ha sido confirmada.

Ha sobresalido que Irina nunca se habría sentido cómoda en la casa en Los Ángeles, particularmente en la de Pacific Palisades, porque la mamá de Brad estaba allí con ellos y eso causó tensión.

El actor tuvo que elegir entre su esposa y su madre y la decisión no fue difícil: “Irina no me dejó por Lady Gaga, me dejó por mi mamá, cuando tuve que elegir entre mi esposa y mi madre, la decisión fue muy fácil de tomar” señaló el actor.

Tal parece que Irina Shayk estaría repitiendo la misma historia de lo que ocurrió con la mamá de su ex pareja Cristiano Ronaldo, Dolores Aveiro, quien fue la causante de la ruptura entre el futbolista y la modelo.

Fuente: Quién

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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