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América se divide ante investidura de Nicolás Maduro en Venezuela

«Llueva, truene o relampaguee», el presidente Nicolás Maduro está dispuesto con esas palabras a asumir este jueves un segundo mandato en Venezuela, ante una América divida en apoyo y rechazo a un jefe de Estado blindado en el poder en medio de la crisis que atraviesa su país.

Varios han sido los cruces de palabras que Maduro ha sostenido con aquellos que no lo reconocerán como mandatario para un nuevo periodo presidencial (2019-2025).

El más reciente con el Grupo de Lima, integrado por 14 países que en una declaración conjunta, a excepción de México, manifestaron su rechazo e instaron al gobernante a no tomar posesión presidencial y respetar las atribuciones de la Asamblea Nacional.

Los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, instaron al mandatario venezolano a que no asuma la Presidencia el próximo 10 de enero, por considerar que el proceso electoral del 20 de mayo de 2018 «carece de legitimidad».

Esa postura evidencia además la gran preocupación de esos países ante una crisis política, social y humanitaria que ha generado el éxodo de 2.5 millones de venezolanos.

Según el internacionalista Miguel Andrés Fierro, la decisión del bloque significa que «le suprime legitimidad frente a sus vecinos, y demás países asociados del hemisferio, lo que además podría llevar a que tomen medidas como el retiro de sus embajadas y consulados».

Ante la petición, Maduro inició una serie de acusaciones a varios gobernantes de planear un atentado golpista, como el Gobierno en Colombia de Iván Duque al quien tildó de «impopular» y llamó «pelele» de Estados Unidos.

El mandatario venezolano advirtió que su Gobierno dará respuesta «recíproca y oportuna» a los países e instituciones que no reconozcan su nuevo mandato de 6 años por el que será investido ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y aseguró que cuenta con el respaldo de la mayoría de los Gobiernos del mundo.

Los países del Grupo de Lima están «dirigidos por sectores de la extrema derecha» y sus Gobiernos son «impopulares» y «satélites del imperialismo estadounidense», consideró.

Y mientras Maduro se cobija en la Asamblea Constituyente, las Fuerzas Armadas, que prometieron lealtad absoluta para su nuevo Gobierno o los chavistas dispuestos a defenderlo con el «fusil en la mano», EU ha seguido emitiendo medidas contra el presidente y sus funcionarios.

Las más recientes fueron las sanciones económicas del Gobierno estadounidense contra la ex tesorera nacional Claudia Patricia Díaz Guillén y el empresario de televisión Raúl Gorrín, dueño de Globovisión, acusados de participar en una red de corrupción.

Otra de las acciones del Grupo de Lima, a excepción de México, para bloquear al régimen es no permitir el ingreso a sus territorios de personas vinculadas al Gobierno de Maduro.

El canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, criticó que el Grupo «no tiene competencias» para desconocer a Maduro como presidente de Venezuela o para pedirle a cualquier mandatario que asuma el poder o deje de hacerlo.

Más allá de América, la Unión Europea (UE) pidió nuevas elecciones presidenciales al no reconocer los comicios en los que se impuso Maduro.

El Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, país sumido en una crisis similar a la de Venezuela, además de enviar un mensaje de solidaridad confirmó su presencia el próximo 10 de enero en la investidura de Maduro.

«La vergüenza es de ellos, la dignidad es nuestra. Estamos juntos, los pueblos libres y decorosos de nuestra América, asumiendo nuestros derechos y exigiendo, con Bolívar, con Chávez, con Fidel, con Sandino, patria libre», escribió Ortega en una carta dirigida a su colega venezolano.

A Ortega se sumaron el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y su homólogo boliviano, Evo Morales, defensores a ultranza del régimen chavista.

El cambio de timón de México al no apoyar al Grupo de Lima bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, ha sorprendido, aunque será Juan Manuel Nungaray, el encargado de negocios de la Embajada de México en Venezuela, quién representará al país en la toma de posesión.

Turquía será otro de los países presentes en la investidura con una delegación, además de Uruguay, que según el diario «El Observador» atribuirá su representación al encargado de negocios de su embajada en Venezuela, José Luis Remedi.

La oposición en Venezuela ya ha anunciado que a partir del 10 de enero desconocerá al mandatario.

Fuente: Publimetro

Nota Principal

Comunidad internacional pide una transición pacífica en Siria

Bloques regionales instaron a la sociedad siria a buscar la estabilidad. Países aliados y enemigos también manifestaron su postura tras el derrocamiento de Bachar al Asad.

Madrid.- La comunidad internacional abogó este domingo por una transición pacífica en Siria tras la caída del régimen de Bachar al Asad y expresó su deseo de que el país alcance la estabilidad lo antes posible.

La Siria de la familia Al Asad, que gobernó el país árabe desde 1971, colapsó este domingo a manos de los insurgentes liderados por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), que tomaron Damasco sin apenas resistencia tras apenas 12 días de ofensiva.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo este domingo que el futuro de Siria lo debe determinar su pueblo, después de que los insurgentes islamistas entraran a Damasco y dieran por derrocado al presidente, Bachar al Asad.

En ese sentido, Guterres adelantó que los enviados especiales de la ONU trabajarán con los sirios para que puedan lograr ese fin, pero también señaló que se necesita «el apoyo de la comunidad internacional para garantizar que cualquier transición política sea incluyente y amplia y que satisfaga las aspiraciones legítimas del pueblo de Siria, en toda su diversidad».

Rusia, aliado de Bachar Al Assad, anunció que el dirigente había abandonado Siria y pidió a todas las partes implicadas que eviten hacer uso de la violencia y solucionen «los problemas de control del país por vías políticas».

En un comunicado, la diplomacia rusa solicitó respeto «a las opiniones de todas las fuerzas étnicas y confesionales de la sociedad siria» y apoyó «el diálogo político inclusivo, basado en la resolución 2254 de Consejo de Seguridad de la ONU aprobada por unanimidad».

En este contexto, la diplomacia rusa puntualizó que las bases militares rusas en Siria (la base aérea de Hmeimim y la base naval de Tartus) «se encuentran en estado de alta preparación de combate».

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, relacionó directamente la caída de Al Asad con la guerra en Ucrania, que ha obligado a Moscú a reducir su presencia militar en Siria, donde se instaló cuando comenzó la guerra en 2011 en apoyo al régimen de Damasco.

«Rusia e Irán están muy debilitados en este momento, uno por Ucrania y una mala economía, y el otro por Israel y sus éxitos militares», argumentó el próximo mandatario estadounidense, que asumirá en la Casa Blanca el 20 de enero con la promesa de «frenar guerras».

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó la jornada de este domingo como «un día histórico en Oriente Medio», durante una visita a las tropas israelíes desplegadas en los Altos del Golán ocupados, frente a la frontera con Siria.

Mientras que el presidente palestino, Mahmud Abás, afirmó este domingo que apoya al «hermano pueblo sirio» y respeta su voluntad para que elijan sus opciones políticas.

En tanto el ministerio de Exteriores de Irán también se pronunció y defendió que el futuro de Siria lo debe decidir su pueblo «sin intervenciones destructivas ni imposiciones externas».

En tanto la Liga Árabe instó este domingo a los sirios a promover los conceptos de tolerancia y diálogo, tras el derrocamiento este domingo del presidente Bachar al Asad en una ofensiva insurgente, al tiempo que condenó la incursión israelí en una parte de los Altos del Golán, en el sur de Siria.

Este bloque también renovó su «condena total» a los intentos de Israel de «aprovecharse ilegalmente» de la situación interna en Siria, ya sea mediante la ocupación de más territorios en los Altos del Golán o considerando terminado el acuerdo de separación de fuerzas de 1974 entre los dos países.

La alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, dijo que el fin de la dictadura de Bachar al Asad es «positivo y largamente esperado» y subrayó que la prioridad de la UE ahora «es garantizar la seguridad en la región».

Y el Gobierno chino señaló en un comunicado que «sigue de cerca» la situación de Siria y espera que la estabilidad «vuelva cuanto antes» al país.

Pekín fue en los últimos años, junto a Rusia e Irán, uno de los aliados del régimen de Bachar al Asad, con quien el presidente chino, Xi Jinping, anunció en septiembre de 2023 el establecimiento de una «asociación estratégica» entre China y Siria que «marcará un hito» en sus relaciones.

Todos los países dijeron estar tomando medidas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos residentes en Siria.

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