Conecta con nosotros

Slider Principal

AMLO decreta que adultos mayores vayan a casa con goce de sueldo

El Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que firmará un decreto en el que se garantizará que a los adultos mayores que laboran se les permita ir a sus casas con goce de sueldo y todas las prestaciones de ley, y así poder protegerlos ante la pandemia del coronavirus.

«Voy a firmar un decreto para que en el sector público como privado, se les otorgue permiso a los adultos mayores, permisos para que puedan estar en su casa con goce de sueldo y todas las prestaciones», expresó en conferencia de prensa en Palacio Nacional.

Agregó que independiente del decreto ha recibido apoyo de varios empresarios, «me mando a decir el ingeniero (Carlos) Slim que no despedirá a nadie de sus empresas», dijo el mandatario federal.

Luego de que diera a conocer la estrategia para hacer frente al COVID-19, afirmó que los mexicanos tienen la fortaleza de la solidaridad familiar que ayudará a enfrentar la crisis sanitaria. «Esta es la acción que se va a llevar hoy, con el propósito de reforzar lo que se ha venido haciendo», comentó.

«Quiero concluir esta conferencia con lo siguiente: primero sostener que más haya de la capacidad hospitalaria, es que los mexicanos nos podamos curar en nuestros hogares, y tenemos algo que nos distingue con relación a otros países en el mundo: nosotros tenemos mucha fortaleza por la solidaridad de nuestras familias, la familia de México es la institución de seguridad social más importante, no tengamos duda de eso», dijo.

Opinión

León. Por Raúl Saucedo

La estrategia de la supervivencia

El pontificado de León XIII se desplegó en un tablero político europeo en ebullición. La unificación italiana, que culminó con la pérdida de los Estados Pontificios, dejó una herida abierta.

Lejos de replegarse, León XIII orquestó una diplomacia sutil y multifacética. Buscó alianzas —incluso improbables— para defender los intereses de la Iglesia. Su acercamiento a la Alemania de Bismarck, por ejemplo, fue un movimiento pragmático para contrarrestar la influencia de la Tercera República Francesa, percibida como hostil.

Rerum Novarum no fue solo un documento social, sino una intervención política estratégica. Al ofrecer una alternativa al socialismo marxista y al liberalismo salvaje, León XIII buscó ganar influencia entre la creciente clase obrera, producto de la Revolución Industrial. La Iglesia se posicionó como mediadora, un actor crucial en la resolución de la “cuestión social”. Su llamado a la justicia y la equidad resonó más allá de los círculos católicos, influyendo en la legislación laboral de varios países.

León XIII comprendió el poder de la prensa y de la opinión pública. Fomentó la creación de periódicos y revistas católicas, con el objetivo de influir en el debate público. Su apertura a la investigación histórica, al permitir el acceso a los archivos vaticanos, también fue un movimiento político, orientado a proyectar una imagen de la Iglesia como defensora de la verdad y del conocimiento.

Ahora, trasladémonos al siglo XXI. Un nuevo papa —León XIV— se enfrentaría a un panorama político global fragmentado y polarizado. La crisis de la democracia liberal, el auge de los populismos y el resurgimiento de los nacionalismos plantean desafíos inéditos.

El Vaticano, como actor global en un mundo multipolar, debería —bajo el liderazgo de León XIV— navegar las relaciones con potencias emergentes como China e India, sin descuidar el diálogo con Estados Unidos y Europa. La diplomacia vaticana podría desempeñar un papel crucial en la mediación de conflictos regionales, como la situación en Ucrania o las tensiones en Medio Oriente.

La nueva “cuestión social”: la desigualdad económica, exacerbada por la globalización y la automatización, exige una respuesta política. Un León XIV podría abogar por un nuevo pacto social que garantice derechos laborales, acceso a la educación y a la salud, y una distribución más justa de la riqueza. Su voz podría influir en el debate sobre la renta básica universal, la tributación de las grandes corporaciones y la regulación de la economía digital.

La ética en la era digital: la desinformación, la manipulación algorítmica y la vigilancia masiva representan serias amenazas para la democracia y los derechos humanos. León XIV podría liderar un debate global sobre la ética de la inteligencia artificial, la protección de la privacidad y el uso responsable de las redes sociales. Podría abogar por una gobernanza democrática de la tecnología, que priorice el bien común sobre los intereses privados.

El futuro de la Unión Europea: con la disminución de la fe en Europa, el papel del Vaticano se vuelve más complejo en la política continental. León XIV podría ser un actor clave en la promoción de los valores fundacionales de la Unión, y contribuir a dar forma a un futuro donde la fe y la razón trabajen juntas.

Un León XIV, por lo tanto, necesitaría ser un estratega político astuto, un líder moral visionario y un comunicador eficaz. Su misión sería conducir a la Iglesia —y al mundo— a través de un período de profunda incertidumbre, defendiendo la dignidad humana, la justicia social y la paz global.

Para algunos, el nombramiento de un nuevo papa puede significar la renovación de su fe; para otros, un evento geopolítico que suma un nuevo actor a la mesa de este mundo surrealista.

@Raul_Saucedo

[email protected]

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto