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Consigue ‘The Irishman’ 17 millones de espectadores en cinco días

‘The Irishman’, la nueva apuesta de Netflix para llevarse un Óscar, consiguió 17.1 millones de espectadores durante sus primeros cinco días de streaming

La cinta de Martin Scorsese protagonizada por Robert De Niro, consiguió durante sus cinco primeros días en el catálogo de Netflix un total de 17.1 millones de espectadores únicos en EE.UU., que se suman a la audiencia cosechada durante su estreno limitado en cines.

Según los datos distribuidos este viernes por Nielsen, empresa líder de medición de audiencias en EE.UU., la película de Scorsese congregó el día de su estreno (27 de noviembre) en la plataforma de streaming a 3.9 millones de personas.

Como Netflix es una plataforma de contenidos por internet que se consumen a la carta y de forma doméstica, Nielsen calcula sus audiencias con una estimación que combina el número de cuentas conectadas a la película, la cantidad de personas que de media utilizan esa cuenta y los minutos de película que ven, ya que pueden reproducirla pero abandonarla pronto.

En comparación, el gran éxito de Netflix de la pasada temporada, ‘Bird Box‘ con Sandra Bullock, registró una audiencia de 26 millones de espectadores en sus primeros cinco días, de acuerdo con la misma fuente, una cifra sobre la que la compañía aseguró que era su lanzamiento más exitoso hasta la fecha.

Por el momento Netflix no ha publicado sus propios datos de audiencia ni tampoco la recaudación que obtuvo por la ventas de entradas durante la proyección de ‘The Irishman’ en cines, aunque en otras ocasiones ha disputado las estimaciones de Nielsen con resultados supuestamente mejores.

Con un presupuesto de más de 150 millones de dólares y un rodaje complejo que utilizó técnicas de generación de imágenes por ordenador para rejuvenecer a los protagonistas, ‘The Irishman’ es una de las apuestas más ambiciosas para Netflix.

La compañía tuvo que proyectar la película en algunos cines durante las tres semanas anteriores a su estreno en el catálogo para poder optar a los Óscar, ya que es su principal competidor para la temporada de premios junto a ‘Marriage Story‘.

Los estudios de Netflix, como los de otras plataformas similares, consiguen su mayor porción de beneficios por el pago mensual que hacen sus suscriptores para acceder a su catálogo, por lo que determinar el éxito económico de un producto concreto depende de varios factores y de su rendimiento a lo largo del tiempo.

Fuente: EFE

Revista

Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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