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Salud y Bienestar

El Sida es la octava causa de murte en los estados del sur y centro de México

En el caso de las mujeres, el contagio se origina por vía heterosexual, “más de 90 por ciento de las infectadas adquirieron el virus de su pareja estable”

El contagio del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en mujeres va en aumento y 21 por ciento de las 56 mil 540 personas afectadas en México pertenecen a este género, expuso la académica de la UNAM Patricia Volkow Fernández.

La investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló lo anterior en vísperas de conmemorarse el Día Mundial de la Lucha contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Humana (Sida), este 1 de diciembre.

Expuso que 90 por ciento de las mujeres adquirieron este virus de su pareja, debido a que “no se identifican en riesgo y no sólo no se protegen, ni siquiera se les ocurre que podrían estar infectadas, por lo que su diagnóstico es tardío”.

Recordó que el Sida es la octava causa de muerte en los estados del sur y centro de México, así como la sexta en el norte, luego de revelar que en promedio, 104 mil personas reciben tratamiento antirretroviral en el sector salud y unos siete mil 500 casos nuevos ingresan cada año para recibirlo.

Reconoció que en la actualidad se han logrado avances importantes para el control de esta epidemia gracias al acceso a esos tratamientos, sin embargo en el país aún existen asignaturas pendientes, en particular la prevención de la transmisión por la vía perinatal.

Como consecuencia de ello, “en 2014 más de 100 niños nacieron infectados con VIH, y en lo que va del presente año se han registrado alrededor de 90”.

Volkow Fernández puntualizó que la única manera de evitar que una madre contagie a su hijo es que sepa que es portadora, y ello sólo se logra al realizarse la prueba durante el embarazo.

Si resulta positiva, se requiere un paquete de intervenciones que va desde el tratamiento antirretroviral para ella, el manejo adecuado en el momento del parto y proporcionar medicamento al recién nacido en el primer mes de vida, agregó.

La profesora del curso de posgrado de Infectología de la Facultad de Medicina advirtió que una mujer con VIH (agente causal del Sida) no debe amamantar a su bebé, por lo que también debe utilizar sustitutos de leche materna durante los dos primeros años de vida, por lo menos.

Actualmente la principal vía de transmisión es la sexual, en particular en hombres que tienen sexo con hombres. En el caso de las mujeres, el contagio se origina por vía heterosexual, “más de 90 por ciento de las infectadas adquirieron el virus de su pareja estable”.

Fuente Notimex

 

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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