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Holanda quiere que el mundo ya no le llame así; ¿cómo hay que decirle ahora?

Países Bajos es el nombre oficial del país del noroeste de Europa, y así quieren ser conocidos en todo el mundo.
Países Bajos, no Holanda.

Este es el mensaje que las autoridades del país del noroeste de Europa quieren transmitir al resto del mundo con una iniciativa para difundir cuál es el nombre oficial de su nación.

Los ministerios e instituciones deportivas y culturales, junto con las principales ciudades del país, lanzarán una campaña informativa y de mercadotecnia en la que eliminarán el uso del nombre Holanda.

¿Cuál es el origen del nombre de cada país de América Latina?
Por ejemplo, su sitio web oficial de turismo dejará de llamarse Holland.com, y su equipo de fútbol será promocionado como Países Bajos, evitando el uso de «Holanda».

El sitio de turismo de Países Bajos usa el nombre de Holanda, lo cual se espera que cambie próximamente.
Y en mayo del próximo año, su representación en el Festival de la Canción Eurovisión, el cual tendrá como sede la ciudad holandesa de Rotterdam, llevará el nombre de Países Bajos.

Países Bajos también será el nombre que llevarán los participantes de ese país en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

La iniciativa también busca que haya promoción de todas las provincias del país, más allá de la ciudad de Ámsterdam.

El naranja seguirá siendo el color oficial, aunque no está claro si sobrevivirá el icónico tulipán que ha sido parte de su imagen internacional, según Dutch News.

¿Por qué se dice Holanda?
Países Bajos es la traducción al español de Nederland, que viene del término en neerlandés «Neder-landen», que significa «tierras bajas».

El país se denomina así por la ubicación orográfica de su territorio, el cual se encuentra parcialmente debajo del nivel medio del mar.

Holanda, el país que puede ayudar al resto del mundo a lidiar con el aumento del nivel del mar
La denominación «Holanda» procede del nombre de la región del mismo nombre que se encuentra en el oeste del país y que se divide en dos provincias: Holanda del Norte y Holanda del Sur.

Es por ello que hay neerlandeses que son holandeses, pero los habitantes de alguna de las otras 10 provincias no son holandeses. Tampoco lo son los habitantes de sus territorios del Caribe (Aruba, Curazao y Sint Maarten).

En el siglo XIX surgió el reino de los Países Bajos, el cual dio nombre al país actual.

La Real Academia Española, en su Diccionario Panhispánico de Dudas (2005), reconoce el nombre oficial de este país como Países Bajos.

«El nombre Holanda designa estrictamente una región occidental de los Países Bajos, dividida en dos provincias, Holanda del Norte y Holanda del Sur», refiere.

También considera «frecuente y admisible» en el habla coloquial usar Holanda para referirse a todo el país, pero recomienda no hacerlo en textos oficiales.

Fuente: BBC

Revista

Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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