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Hoy es el Día de la Cerveza y hay algunos datos que deben saber

Aunque es una de las bebidas fermentadas más antiguas de la humanidad, tuvo que esperar hasta 2007 para tener su propio día internacional. Ahora el primer viernes de agosto, cuando el clima dispara su consumo, es la fecha elegida para homenajear a la cerveza y a toda la gente que la «proporciona».

«Es un día para que los amantes de la cerveza de todas partes hagan un brindis por nuestros cerveceros y para regocijarse en la grandeza de esta bebida». Con esta filosofía Jesse Avshalomov y Evan Hamilton lograron en 2007 la proclamación del Día Internacional de la Cerveza, que desde 2012 se celebra el primer viernes de agosto.
Datos curiosos de la cervecería en México

Lo cierto es que la cerveza en nuestro país no sólo es un producto o una industria, la verdad es que también se considera un estilo de vida, así como una manera excelente de vencer al calor o la cruda. Pero eso no es todo, también hay algunas cosas que deben saber y las vamos a mencionar a continuación.

Uno – el color de la cerveza: Se piensa que la cerveza oscura tiene más alcohol que clara, pero eso es sólo un mito, ya que ésta únicamente tiene que ver con el tiempo de tueste de la cebada.

Dos – La cerveza mexicana es la número uno en exportación a nivel mundial: De acuerdo los datos presentados en Cerveceros de México, la cerveza mexicana llega a más de 180 países en el mundo. Naciones como Estados Unidos, Australia, Holanda, Canadá, Panamá e Inglaterra consumen nuestros productos.
Tres – Consumo de cerveza en México: Los mexicanos consumen en promedio, 57 litros de chela per cápita al año. En países como

Cuatro – La cerveza y el empleo en nuestro país: La cerveza mexicana genera más de 55 mil empleos directos y otros 2.5 millones de trabajos indirectos. Esto entre agricultores, transportistas, distribuidores y sus puntos de venta. Tan sólo en el campo, hay más de 96 empleos, contando a los encargados de producir la cebada.

Cinco – Impuestos: La industria cervecera en México representa el 4% del total de la recaudación de impuestos en el país.

 

 

 

EFE

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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