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Madre de YosStop pide ayuda a Claudia Sheinbaum para que su hija quede libre

México.-Marina Badui, mamá de Yoseline Hoffman, decidió pronunciarse por primera vez sobre la situación de su hija, mejor conocida como YosStop, y exigir justicia a las autoridades de la Ciudad de México, a través de un comunicado que compartió en su cuenta de Instagram.

Pese a que su hijo, Ryan Hoffman, había pedido que se respetara su silencio, hace unos días, Marina decidió compartir su sentir con sus seguidores y aprovechar para pedir ayuda y la liberación de la influencer, quien desde el pasado 29 de junio fue privada de su libertad, tras ser denunciada por Ainara Suárez, por describir un video en el que la joven aparece siendo menor de edad.

“Hola, buenas tardes, cómo están. Soy Marina, la mamá de Yoseline. Como ustedes saben, hace unos días se llevaron injustamente a mi hija. Llegaron a su domicilio más de 40, 45 elementos de la policía y se la llevaron directamente a un penal como si ella fuera una delincuente, como si fuera una criminal”, comentó Badui, quien posteriormente pidió apoyo a las mujeres.

Aunado a ello, la mamá de YosStop agregó: “Yoseline es una mujer emprendedora, ella ha conseguido todo lo que ha hecho por su propio esfuerzo y trabajo, es una buena persona… Ella es comunicóloga y se dedica a las redes sociales y yo pido justicia porque lo que están haciendo es injusto para ella. Yo le pido a todas las mujeres que alcen la voz, a todas las autoridades, a ti Claudia Sheinbaum, tú sabes, tú eres madre, tú eres mujer, y quisiera que me entendieras por lo que estoy pasando, porque no es justo que mi hija esté privada de su libertad en una cárcel”.

“Lo que está pasando no es normal, es una injusticia y yo pido la libertad para mi hija y que se haga justicia. A mi hija la amo, Yoseline te quiero”, finalizó el mensaje.

El material que dura casi dos minutos ya cuenta con miles de reproducciones y ‘me gusta’, además de los mensajes de apoyo de Ryan Hoffman y Grecia González, hijo y nuera de Badui, quienes le demuestran su apoyo y cariño.

Revista

Demasiado pronto para un smartphone: advierten sobre graves efectos en la salud mental de menores de 13 años

Un estudio global reciente ha encendido las alarmas sobre el impacto negativo de los smartphones en la salud mental de niños menores de 13 años. La investigación, publicada en el Journal of the Human Development and Capabilities, analizó respuestas autodeclaradas de casi 2 millones de personas en 163 países y encontró que cuanto antes un menor accede a un teléfono inteligente, más probabilidades hay de que experimente efectos perjudiciales.

Entre los hallazgos más preocupantes están el aumento de pensamientos suicidas, dificultades en la regulación emocional, baja autoestima y desconexión con la realidad. Los efectos fueron especialmente marcados en niñas.

“El uso temprano del smartphone suele implicar acceso prematuro a redes sociales, lo que a su vez puede desencadenar acoso digital, alteraciones del sueño y deterioro de las relaciones familiares”, explicó Tara Thiagarajan, autora principal del estudio y fundadora de la organización sin fines de lucro Sapien Labs, encargada del levantamiento de datos.

Un llamado urgente a la acción global

La contundencia de los resultados llevó a los investigadores a proponer restricciones internacionales que limiten el uso de smartphones y redes sociales a menores de 13 años. “Se requiere una acción inmediata y global para proteger a los niños de entornos digitales que aún no están preparados para gestionar con madurez”, afirmó Thiagarajan.

El estudio no solo se centró en indicadores comunes como ansiedad o depresión, sino que analizó aspectos menos explorados como la autoimagen y la capacidad de gestionar emociones, revelando una correlación directa entre el uso temprano de dispositivos y el deterioro del bienestar psicológico.

¿Qué pueden hacer los padres?

Expertos como Melissa Greenberg, psicóloga clínica del Princeton Psychotherapy Center, recomiendan iniciar conversaciones comunitarias entre padres para acordar de manera conjunta retrasar la entrega de teléfonos inteligentes a sus hijos. Iniciativas como “Wait Until 8th” («Espera hasta el 8vo grado» – Equivalente a 2do de Secundaria) permiten a las familias comprometerse colectivamente a posponer la entrega de dispositivos hasta después de los 13 años.

Asimismo, sugiere buscar escuelas con políticas estrictas sobre el uso de smartphones en campus o exigir cambios en los reglamentos escolares. Thiagarajan advierte que los padres no pueden enfrentar este problema solos: “Incluso si prohíbo a mis hijas usar redes sociales, estarán expuestas a ellas a través de otros niños en la escuela o eventos extracurriculares. Es un asunto social, no solo familiar”.

¿Y si ya tienen un teléfono?

Greenberg aconseja no caer en el pánico. “Si ya le diste un smartphone a tu hijo, puedes ajustar el rumbo”, asegura. Recomienda establecer controles parentales, desinstalar ciertas apps, cambiar a un teléfono básico o simplemente limitar el uso.

Para aquellos padres que enfrentan resistencia, sugiere esta frase:
“Cuando te dimos tu teléfono, no sabíamos todo lo que ahora sabemos sobre cómo podría afectarte. Los científicos están aprendiendo más cada día, y queremos hacer lo mejor para ti”.

Aceptar que también los adultos luchan contra el uso excesivo del celular puede ayudar a los menores a comprender que es una dificultad compartida.

Un punto de inflexión para la crianza

Investigadores como el psicólogo social Jonathan Haidt, autor del libro “The Anxious Generation”, coinciden en que retrasar el acceso a redes sociales hasta los 16 años es una de las mejores decisiones que pueden tomar los padres hoy.

La evidencia es clara: dar un smartphone a un niño antes de los 13 puede tener consecuencias serias y duraderas. En un mundo cada vez más digitalizado, tal vez la verdadera rebeldía —y protección— esté en apagar el teléfono.

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