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Muere niño enfermo de cáncer que protestó por falta de medicamentos

La crisis de salud que agobia a Venezuela por la acentuada escasez de medicamentos desencadenó esta semana un hecho dramático. Un niño de 8 años que padecía cáncer, y que había participado en las manifestaciones en reclamo de quimioterapia, murió tras un sufrido derrotero de hospital en hospital.

La imagen de Oliver Sánchez con una mascarilla y un cartel que decía “Quiero curarme”, que se había tomado durante una marcha, se expandió rápidamente por las redes sociales y levantó una ola de indignación porque dejó al desnudo la grave situación que vienen padeciendo los venezolanos.

El pequeño padecía de linfoma no Hodgkin y los últimos diez días estuvo en terapia intensiva en la Clínica Loira, luego de haber sido rechazado en varios hospitales en los que no había cupo.

“Nos pidieron Epamin para las convulsiones, y antibióticos. Cada vez que nos pedían algo era un corre y corre. Al final lo conseguíamos por redes sociales y donaciones, pero era un calvario buscar las medicinas”, contó Mitzaida Berroterán, madre del pequeño.

La familia de Oliver no conseguía sesiones de quimioterapia, pero finalmente, y gracias a la presión sobre el Ministerio de Salud y a las donaciones de particulares, obtuvo un tratamiento. Cumplió seis ciclos de quimioterapia y mejoró, pero luego recayó nuevamente. “Ya no respondía a los estímulos, fue apagándose poco a poco”, explicó la madre.

Escasean medicamentos para todo
El caso de Oliver no es el único. De acuerdo con la Federación Venezolana de Médicos (FVM), 8 de cada 10 medicamentos escasean en el país. Entre ellos figuran anticonvulsivos, antigripales, analgésicos, tratamientos para pacientes diabéticos, hipertensos y oncológicos.

“La situación que vivimos la hemos catalogado como un holocausto a la salud con visos de crimen de lesa humanidad por un gobierno que ha demostrado que siente un profundo desprecio por las más necesitados”, sostuvo Douglas León Natera, presidente de la FVM.

Francisco Valencia, presidente de la Coalición de Organización por el Derecho de la Salud y la Vida (Codevida), fue más duro. “Esto es catastrófico y no es posible resolverlo sino se activan los mecanismos de ayuda internacional”, afirmó.

“El gobierno no tiene a capacidad técnica ni financiera para solucionar la crisis del sector salud porque no solamente son los medicamentos que están afectando a miles de personas como Oliver, que es solo una referencia de los miles que están falleciendo, sino también son las condiciones hospitalarias y la falta de insumos médicos”, resaltó.

Las distintas asociaciones médicas vienen reclamando una salida a esta grave situación con marchas y protestas. Inclusive un grupo de profesionales permanecen en huelga de hambre desde hace más de 48 horas en el Hospital de Mérida en repudio a la crisis sanitaria venezolana.

Compran hasta agua
La crisis se agudizó en el último año con el estricto control de divisas que ejerce el gobierno de Nicolás Maduro ante el crítico escenario económico que padece el país. Al no otorgar dólares a las empresas importadoras, estas no pueden comprar medicamentos en el exterior.

La situación llegó a tal extremo que el diario El Nacional denunció que en algunos hospitales “los pacientes deben comprar hasta agua” porque no cuentan ni siquiera con este vital elemento. Refiriéndose puntualmente al hospital Vargas, señala: “Médicos y enfermeras hacen colectas para darles comida a los pacientes en peores condiciones de salud y económicas. La empresa proveedora de alimentos suspendió el servicio debido a la deuda acumulada por el Ministerio de Salud. El último almuerzo fue yuca y zanahoria”.

La oposición le pidió al gobierno que reaccione y tome medidas urgentes para evitar más muertes. “Oliver era de nuestro Barlovento. ¿Cuántos venezolanos mueren por falta de medicamentos?”, dijo el líder opositor Henrique Capriles. Mitzy de Ledezma, esposa del preso político Antonio Ledezma, denunció que Oliver fue “víctima de la indolencia del régimen”.

(Información del diario argentino El Clarín)

Acontecer

Georgina Ledezma vende pulseras hechas a mano. Alumna del CAM 7507

Alumna del CAM 7507 del grupo de proyectos productivos, Georgina Kanakoqui Ledezma de 18 años de edad, joven alegre, entusiasta y trabajadora, con grandes habilidades para estar en un ambiente de trabajo, solicita el apoyo de la comunidad en general para que adquieran pulseras elaboradas con sus propias manos.

 


Bajo la asesoría y acompañamiento de la maestra Gabriela Rivero, en cuyas clases se desarrollan habilidades laborales con la finalidad de auto emplearse y/o realizar prácticas en ambientes reales, fue donde se gestó este emprendedurismo por parte de Georgina en la que de realizarlas como pasatiempo surgió la idea de ponerlas a la venta para generar sus propios ingresos como incentivo además, para que ella se sienta autónoma y feliz ya que debido a su delicada situación de salud no puede ejercer dentro de una empresa.
Este caso de éxito en la elaboración y convencimiento de producir artículos para su venta forma parte de los objetivos de nivel de formación para la vida adulta del CAM 7507 donde las maestras Ivone Santiago y Lydia Stirk del grupo de prácticas Laborales dan seguimiento puntual a todo su estudiantado.
Las pulseras de la joven Kanakoqui Ledezma estarán en venta en el restaurante “MAYÓLICA” ubicado en Blvd. Antonio Ortiz Mena 2033 Colonia Campestre-Lomas con un costo de $30 pesos.

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