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¿Piensas viajar a EEUU? ¡Cuidado con lo que escribes en redes sociales!

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El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos comenzó a partir de este miércoles a recopilar y almacenar en archivos permanentes datos sobre las actividades en las redes sociales de todos los inmigrantes.

La nueva regulación, denominada Sistema de Registros de la Ley de Privacidad Modificada, fue publicada en septiembre en el diario oficial del gobierno federal estadunidense, Federal Register, para entrar en vigor a partir de este 18 de octubre.
La medida prevé que se incorporará “la información públicamente disponible obtenida de internet, de los registros públicos, de instituciones públicas, de entrevistas, de proveedores de datos comerciales y de información obtenida y divulgada de conformidad con los acuerdos de intercambio de información”.

Cada uno de los aproximadamente 43 millones de inmigrantes que viven legalmente en Estados Unidos, incluyendo nuevos inmigrantes, residentes permanentes y ciudadanos naturalizados, cuenta con un archivo permanente que se identifica con un “Numero de Extranjero” ante la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS).

Este sistema de archivos contiene información sobre las transacciones que realiza esa persona mientras pasa por el proceso de inmigración de Estados Unidos, además de sus entradas y salidas del país.

La nueva regla expande las categorías que podrá recolectar el gobierno estadunidense, y por primera vez incluye perfiles en redes sociales como Facebook y Twitter, y resultados de búsquedas en sitios como Google o Bing.

La norma también es aplicable a personas que se encuentren bajo investigación del DHS como posibles amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos, o a sospechosos de violaciones criminales relacionadas con la inmigración.

La nueva política refleja la legislación propuesta por el congresista republicano Vern Buchanan, de Florida, que en 2015, a raíz de la masacre en San Bernardino, California, presentó una iniciativa denominada “Ley Sobre Monitoreo de Redes Sociales para Terroristas”.

El proyecto proponía al secretario de Seguridad Nacional revisar todos los registros públicos, incluidos Facebook y otras redes sociales, antes de admitir a los viajeros extranjeros y a los solicitantes de visa en el país.

“Tenemos que asegurarnos de que las personas que ingresan a Estados Unidos no están aquí para dañar a los estadunidenses”, dijo Buchanan, en un comunicado esta semana en el que celebra el plan de monitorear las redes sociales de los inmigrantes.

Buchanan dijo que aunque su proyecto de ley no fue aprobado por el Congreso, le complace el ver la nueva política implementada por el gobierno del presidente Donald Trump.

En respuesta, la Unión Estadunidense de Libertades Civiles (ACLU) alertó que “esto tendrá sin duda un efecto escalofriante sobre la libertad de expresión que se expresa todos los días en las redes sociales”.

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Los retos de la Inteligencia Artificial ante un verano muy caliente

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El término “invierno de la inteligencia artificial” fue introducido por Roger Schank y Marvin Minsky en 1984, en la convención anual de la Asociación Norteamericana de Inteligencia Artificial (AAAI).

En ese encuentro advertían acerca de un probable estancamiento en el ámbito de la IA, caracterizado por una merma en el financiamiento y el entusiasmo hacia esta disciplina. La metáfora vino inspirada por el “invierno nuclear” del que se hablaba durante la Guerra Fría ante el riesgo de ataques con bombas atómicas, para ilustrar un periodo de declive, luego de una etapa de elevadas expectativas, respecto a las capacidades de la inteligencia artificial.

Cambio de narrativa

La revolución de la inteligencia artificial(IA) está marcando un antes y un después en diversas actividades profesionales, redefiniendo roles y automatizando ciertas funciones, particularmente aquellas caracterizadas por su repetitividad o la gestión de extensos volúmenes de datos.

Un informe del Departamento de Educación del Gobierno británico publicado a finales de 2023 evaluaba los posibles efectos de la IA en el mercado de trabajo de Reino Unido, señalando las debilidades de algunos puestos de trabajo. Algunos ejemplos que se encuentran en la línea de fuego de esta transformación tecnológica son: analistas de datos, periodistas, personal de back office, agentes bursátiles y traders, auditores y contables, consultores y analistas económicos, asesores financieros y analistas de riesgos financieros, entre otros.

IA y enriquecimiento global

McKinsey Global Institute ha examinado el impacto de la inteligencia artificial en campos como la economía y las finanzas, con un enfoque particular en su influencia en el ámbito laboral.

Los resultados de la investigación sugieren que, a pesar de los desafíos asociados con su adopción y absorción, la IA tiene el potencial de generar una actividad económica adicional a nivel global de entre 2,6 y 4,4 miles de millones de dólares anuales. Por ejemplo, el PIB español en 2021 fue de 1,4 mil millones de dólares. Esto aumentaría a nivel global el impacto de la inteligencia artificial en la economía entre un 15 y un 40 %.

El panorama de la IA ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, con un marcado incremento tanto en su adopción como en la inversión por parte de las organizaciones. Desde 2017, la implantación de la IA se ha duplicado y actualmente más de la mitad de las empresas dedican más del 5 % de sus presupuestos para digitalización a esta tecnología.

Valor añadido e innovación

Ante el imparable avance de la inteligencia artificial, es momento de encarar la realidad: la entrada de la inteligencia artificial a las empresas afectará al trabajo de las personas, que deben reinventar su lugar en el mercado de trabajo.

Hay que evitar la llegada del “invierno del trabajo”: la formación de valor añadido y la habilidad de pensar de manera innovadora, lo que llaman “pensar fuera de la caja”, ya no son meros complementos sino requisitos indispensables para no verse relegados en sus funciones.

La innovación y la ética deben ir de la mano en este nuevo escenario, pero, sin una dosis de creatividad y aporte único, el desarrollo humano y el crecimiento profesional corren el riesgo de estancarse.

Este cambio de paradigma no admite términos medios: o los trabajadores se mantienen evolucionando constantemente o se quedarán atrás.

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