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Sorprenden a policías de Valle de Chalco en plena fiesta

En redes circuló un video donde se pueden ver a varios policías de tránsito durante una fiesta donde no siguen ninguna medida sanitaria para prevenir contagios de Covid-19.

Dicho material se volvió viral por mostrar una faceta poco común durante la pandemia, ya que se supone que son los policías quienes deben poner el ejemplo para los ciudadanos.

En las imágenes se muestran a varios policías reunidos, se pueden ver bebidas alcohólicas y más personas a parte de los cuerpos policiacos del Estado de México.

Los policías de tránsito no portan cubrebocas ni siguen las medidas de sana distancia, pues en el video incluso se ve que están bailando en parejas.

El video fue publicado en redes sociales y aunque sólo tiene un duración de 25 segundos, ese tiempo fue suficiente para causar indignación en las redes.

Los policías se ven muy contentos en su reunión, además de que portan el uniforme, medios locales informaron que fue así porque asistieron a la fiesta durante su horario laboral.

Pero eso no es todo, lo que más llama la atención del video son las nulas medidas sanitarias para evitar contagios. Además de que sucede en un tiempo donde la pandemia continua arrebatando vidas.

Hasta el momento, las autoridades del Valle de Chalco no han publicado nada al respecto, sin embargo, los internautas esperan que se tomen cartas en el asunto.

Fuente: Regeneración

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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