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Salud y Bienestar

Venden en México pastilla anticonceptiva involucrada en demandas por supuestos efectos secundarios

En México son vendidas las pastillas anticonceptivas de los laboratorios Bayer, las cuales están involucradas en demandas por presuntamente haber ocasionado efectos secundarios graves a usuarias en Alemania y Estados Unidos.

Se trata de las pastillas denominadas Yasmin (Yasminelle y Yaz en otros países), que ha sido mencionada como la causante de peligrosos coágulos sanguíneos.

En Alemania el laboratorio Bayer enfrenta un juicio por parte de Felicitas Rohrer, quien indica que en 2009 sufrió un paro cardíaco y le fue diagnosticada una embolia pulmonar; además sufrió de problemas circulatorios, por lo que demanda al laboratorio por no haber sido lo suficientemente claro sobre los posibles efectos secundarios de consumir las pastillas.

En 2011, en Estados Unidos, Bayer también fue demandado y terminó pagando cerca de 2 mil millones de dólares a 10 mil mujeres para evitarse los juicios.

En México este anticonceptivo puede ser adquirido en farmacias presentando la receta médica; está compuesto por drospirenona y etinilestradiol.

El diario 24 horas contactó a la farmacéutica en México y recibió como respuesta un comunicado donde indica que las pastillas (Yasminelle) que enfrenta la demanda en Alemania no se comercializa en nuestro país ni cuenta con registro.

Sin embargo, las pastillas Yasmin están compuestas con la misma sustancia activa que las involucradas en las demandas.

24 horas

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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