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Familias de niñas secuestradas en Nigeria duermen en el bosque por miedo

Él se interna en el bosque para buscar a las niñas, armado con arco y flechas en caso de que los terroristas lo sorprendan.
Las probabilidades están en su contra. Nadie ha encontrado a las 276 niñas a las que el grupo terrorista Boko Haram secuestró de su escuela en abril.
Pero nadie ha estado buscándolas en realidad, dice el padre.
La noche del horror
La voz del padre se quiebra mientras recuerda la noche en que sacaron a sus dos hijas de su dormitorio en una escuela de niñas en Nigeria.
Todo empezó con una explosión tan fuerte que estremeció los edificios de la aldea de Chibok, en el norte de Nigeria, y despertó a la familia de la niña. A eso siguió el sonido de los disparos que hacían eco en la noche.
Para cuando el padre llegó a la Escuela Secundaria para Niñas del Gobierno, los rebeldes ya habían abierto fuego contra los guardias de seguridad e incendiado algunos edificios.
Sin armas, no había nada que el padre pudiera hacer más que mirar… y esperar.
«Cuando entré al complejo de la escuela, nadie podría soportarlo nunca», dijo el padre, a quien no se identificará por temor a las represalias de los atacantes o del gobierno.
«Verás sus vestidos cortados. El hostal, el dormitorio, hicieron estallar todo y lo volvieron cenizas. Un hombre nos dijo que se habían ido con nuestras hijas. No podíamos creerle».
Los miembros armados de Boko Haram atacaron la escuela el 14 de abril, superaron a los guardias y llevaron a las niñas a unos camiones que estaban esperándolos, según los relatos sobre lo ocurrido esa noche.
Los camiones desaparecieron con las niñas en el denso bosque que colinda con Camerún, bastión del grupo terrorista cuyo nombre significa «La educación Occidental es pecado» en hausa, el idioma local.
Aquí es donde la historia se difumina.
Mensajes contradictorios del gobierno
Hay dudas respecto a cuántas niñas secuestraron; los reportes varían y señalan que esa cifra es de entre 230 y 276, según la fuente.
En los días previos al ataque, las fuerzas armadas señalaron que habían rescatado o liberado las niñas. Sin embargo, luego de que los familiares de las niñas empezaran a preguntar en dónde estaban, las fuerzas armadas se retractaron de su declaración.
El padre solo está seguro de esto: sus dos hijas siguen cautivas después de casi un mes. Las autoridades nigerianas defendieron su reacción y señalaron que están buscando.
«Hemos hecho mucho… pero no hablamos de ello», dijo el vocero de la presidencia, Doyin Okupe. «No somos estadounidenses. No le mostramos a la gente, ¿saben? Pero eso no significa que no estemos haciendo algo».
Sin embargo, el padre manifestó su incredulidad ante la respuesta del gobierno.
«Nunca hemos visto militares allá», dijo.
«Si los militares hubieran entrado al bosque para rescatar a nuestras hijas, los habríamos visto».
Los terroristas llenan el vacío
Por otra parte, Boko Haram está arraigado en la región.
El padre cree que en su aldea viven simpatizantes o miembros de Boko Haram.
Conocen a su familia, dice. Saben lo que pasó con sus hijas.
La familia tiene tanto miedo que huyeron de su casa y empezaron a dormir en el bosque, dijo.
«La vida en Chibok es muy peligrosa en este momento. Desde el 14 de abril y hasta ahora no hemos dormido en casa», señaló el padre.
No son los únicos. El padre dijo que desde las cinco o seis de la tarde, «la gente desaparece en el bosque porque no hay seguridad»
«Dormimos en el bosque con todos nuestros pequeños», dijo.
El ruego de una madre
Boko Haram es un grupo poderoso y despiadado.
Señalaron que su objetivo es aplicar con mayor severidad la sharia en el país más poblado de África, que está dividido entre la mayoría musulmana en el norte y una mayoría cristiana en el sur.
Según su versión de la Sharia, las mujeres deberían estar en casa criando a los niños y cuidando de sus esposos, no en la escuela aprendiendo a leer y escribir.
En un video que se dio a conocer esta semana, se ve a un hombre que afirma que es el líder del grupo y que venderá a los cientos de niñas secuestradas.
«Secuestré a sus niñas. Las venderé en el mercado, lo juro por Alá», dijo el hombre que afirmaba ser Abubakar Shekau.
«Hay un mercado para vender humanos. Alá dice que debería vender. Me ordena que venda. Venderé mujeres. Vendo mujeres».
La madre de las dos niñas no tenía respuestas, solo llanto.
«La mayoría de las mujeres, nosotras las madres, empezamos a llorar porque no teníamos a nadie que nos ayudara», dijo. «(Han) adoptado a nuestras hijas o las capturaron como esclavas. Ahora… ni siquiera podemos comer».
Esta no es la primera experiencia de los padres con Boko Haram. Adoptaron a una de sus dos hijas luego de que el grupo terrorista matara a sus padres.
La madre ruega por la libertad de las niñas, por salvarlas de una vida de abusos y esclavitud.
«No saben, probablemente una de ellas nació para ser presidenta, médica, ministra religiosa o abogada que será útil para el país», dijo. «¿Por qué molestan a estas pequeñas? Por favor… libérenlas».140505083307-01-nigeria-0505-story-top

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Georgina Ledezma vende pulseras hechas a mano. Alumna del CAM 7507

Alumna del CAM 7507 del grupo de proyectos productivos, Georgina Kanakoqui Ledezma de 18 años de edad, joven alegre, entusiasta y trabajadora, con grandes habilidades para estar en un ambiente de trabajo, solicita el apoyo de la comunidad en general para que adquieran pulseras elaboradas con sus propias manos.

 


Bajo la asesoría y acompañamiento de la maestra Gabriela Rivero, en cuyas clases se desarrollan habilidades laborales con la finalidad de auto emplearse y/o realizar prácticas en ambientes reales, fue donde se gestó este emprendedurismo por parte de Georgina en la que de realizarlas como pasatiempo surgió la idea de ponerlas a la venta para generar sus propios ingresos como incentivo además, para que ella se sienta autónoma y feliz ya que debido a su delicada situación de salud no puede ejercer dentro de una empresa.
Este caso de éxito en la elaboración y convencimiento de producir artículos para su venta forma parte de los objetivos de nivel de formación para la vida adulta del CAM 7507 donde las maestras Ivone Santiago y Lydia Stirk del grupo de prácticas Laborales dan seguimiento puntual a todo su estudiantado.
Las pulseras de la joven Kanakoqui Ledezma estarán en venta en el restaurante “MAYÓLICA” ubicado en Blvd. Antonio Ortiz Mena 2033 Colonia Campestre-Lomas con un costo de $30 pesos.

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