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Te decimos el menú que habrá en la entrega del Oscar

El famoso chef austríaco Wolfgang Puck, encargado de la cena durante el tradicional Baile del Gobernador que seguirá a la ceremonia de los Óscar, exhibió hoy el menú que degustarán los invitados, que incluye mil botellas de champán y cinco kilos de caviar.

«Nuestro menú posee los fantásticos sabores de los ingredientes de California, algunos lujos y algunos platos clásicos; siempre hay algo para todo el mundo y creo que puede servir de inspiración para hacer cosas parecidas en casa», dijo Puck a los medios de comunicación.

En esta ocasión no habrá espacio para la paella o jamón ibérico, como ocurrió el año pasado. «Eso fue una ocasión especial», explicaron a Efe fuentes de la organización.

A la cena acudirán 1.500 asistentes que disfrutarán de las miles de tapas que se irán sirviendo y que irán desde el marisco al caviar -se servirán 5 kilos durante la noche-, pasando por pastel de pollo con trufas, cordero con vinagreta de cilantro o pequeñas hamburguesas de ternera de Kobe con queso.

Durante el acto se distribuirán 12.000 vasos y 4.000 platos pequeños.

La figura del Oscar estará muy presente en el menú y dará forma a diferentes manjares, desde 6.500 panecillos con salmón hasta 5.000 estatuillas de chocolate. También se repartirán 7.500 gambas, 3.500 barquillos de miso, 1.300 ostras y 660 kilos de langosta, entre otros alimentos.

La bebida correrá a cargo de Moët & Chandon, que proveerá con un millar de botellas de sus bodegas con las que se elaborará un cóctel especial, el «Moët Red Carpet Glamour», que resultó ganador en un concurso realizado por la marca y que añade a las burbujas un pétalo de rosa.

Cheryl Cecchetto, organizadora del Baile del Gobernador, explicó días atrás que en esta edición se ha optado por liberar de ataduras a los comensales y que, por tanto, podrán estar tanto de pie, en el bar o en diferentes áreas con mesas y sillones.

Los invitados estarán en una de las salas del centro Hollywood y Highland, decorada por seis grandes arcos con 1400 cristales de Swarovski y centenares de flores.

El evento de presentación tuvo lugar en una carpa instalada en plena alfombra roja del centro Hollywood y Highland, por donde desfilarán las celebridades instantes antes de la ceremonia de los Oscar, que tendrá lugar este domingo.

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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