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Especial: Big Data en las elecciones del 2018

Cambridge Analytica busca ser “el cerebro detrás de la campaña presidencial en México”.

Su función es el procesamiento de grandes cantidades de datos que son recopilados de nuestros perfiles en redes sociales, su objetivo es conocer nuestras afinidades, preocupaciones y miedos para conectar mensajes y alentar emociones.

La ciencia de datos

(Sapiens – Segundo a Segundo) Para entender cómo lo hacen, es necesario entender su origen: el Big Data. Todas nuestras acciones digitales dejan un rastro: cada click, cada interacción, cada me gusta, cada palabra que introducimos en un buscador, cada página que visitamos deja un historial en la red.

La ciencia de datos intenta conocer lo que vemos en un sitio web cuando entramos en él, y si bien no puede saber hacia dónde se dirige nuestra mirada, sí puede seguir el recorrido de nuestro mouse.

Su objetivo es predecir tendencias en las redes sociales, pero a través de ella se pueden encontrar también similitudes para alterar la conversación y dirigir las audiencias hacia nuevos mensajes… en malas manos es, básicamente, una tecnología usada para lavar el cerebro de los votantes.

Sin embargo, nuestra historia digital no se reduce a las redes sociales, se encuentra en las apps que descargamos, en las llamadas que realizamos, en nuestras transacciones bancarias, nuestra ubicación y hasta las membresías del súper mercado. Prácticamente todo lo que hacemos en nuestra vida cotidiana está produciendo datos.

Todos eso datos son procesados por compañías como Cambridge Analytica, que se encargan de buscar y recopilar información para desarrollar esquemas de comunicación comercial y política. Sí, como en Black Mirror.

A través del rastro digital de los usuarios, podrían saber desde si eres hombre o mujer, tu edad, el coche que manejas y qué cereal desayunas, hasta tus afinidades políticas y preocupaciones sociales.

Incluso los macrodatos podrían identificar deseos y necesidades de los que ni siquiera eres consiente. La idea del inconsciente digital plantea que, aunque nosotros no sepamos muchas veces por qué tenemos una u otra necesidad, es posible predecirlas con Big Data.

EL Brexit y la campaña de Donald Trump

Cambridge Analytica es la filial de SCL Group, una compañía británica de ciencias del comportamiento y la comunicación. En sus inicios trabajaban sobre modelos teóricos de la psicología social con el fin de conocer el comportamiento de las audiencias, al estilo de la aguja hipodérmica. Ahora trabajan sobre modelos matemáticos que analizan grandes cantidades de datos desde la nube.

Donald Trump contrató a Cambridge Analytica a través de sus asesor estrella, Steve Bannon, hoy convertido en su principal detractor. Juntos se enfocaron en identificar a los simpatizantes del partido republicano renuentes a votar por Trump, para posteriormente instalar mensajes persuasivos que los hiciera cambiar de opinión.

Cada mensaje de campaña de Donald Trump estaba basado en datos. Los mensajes que posicionó en la contienda electoral tenían el objetivo de conectar con sus votantes y alentar a su base electoral.

En Reino Unido, Cambridge Analytica fue acusada de emplear “tácticas deshonestas” para favorecer a sus clientes en favor del Brexit. En aquella campaña capturó las tendencias, motivaciones y ciber intimidad del electorado.

¿Qué pasa en México?

Según Alexander Nix, CEO de Cambridge Analytica, la empresa no tiene una ideología política definida y en el pasado han trabajado con campañas de izquierda como de derecha. En México operan desde hace tres años en el área comercial y de marcas, pero su incursión en la política parece ser cuestión de tiempo.

Recientemente, El Financiero publicó una investigación donde muestran mensajes de reclutamiento enviados por Arielle Karro, jefa de operaciones de Cambridge Analytica en México, a distintos especialistas de datos señalando que la firma sería “el cerebro detrás de la elección presidencial en México”. Aunque no se ha confirmado que la empresa ya trabaje para alguna campaña electoral, la investigación recoge diversas muestras de su interés por entrar en las campañas mexicanas.

Si bien no es ilegal este tipo de marketing en nuestro país, la ilegalidad podría consistir en que los partidos no reporten el gasto en este tipo de servicios y estos no estén registrados como proveedores de marketing político ante el INE.

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Acapulco lucha por sobrevivir. Por Itali Heide

Imágenes: Manuel Villavicencio

Antes incluso de verlo, Acapulco se huele. El olor de la basura acumulada durante semanas en las calles, la humedad de toneladas de lodo, árboles y hojas cubriendo portones, e incluso el olor a muerte persiste en el aire. Sobre el SEMEFO, buitres vuelan en una coreografía coordinada que señala que la muerte es mucho más frecuente que las cifras oficiales.

Itali Heide

Itali Heide

Al adentrarse en las devastadas calles de Acapulco, uno podría pensar que ha sido transportado a una zona de guerra. Ni una sola casa o edificio ha quedado indemne, con cristales esparcidos por todos los patios y líneas de agua de dos metros de altura en hogares que sirven de recordatorio del horror por el que pasaron los guerrerenses.

Aunque la pérdida material es devastadoramente triste, la angustia llega cuando se escuchan las historias de los sobrevivientes. Doña Francisca ha vivido en el poblado de Yetla toda su vida. De pie en la puerta de su casa, mirando hacia atrás, hacia el lugar que una vez conoció como un hogar seguro, recuerda la noche que la vio pedir por su vida. «No pude hacer nada», dice con las mejillas llenas de lágrimas, «el viento era tan fuerte que me agarré a la cama rezando que no me llevara el viento».

¿Quién iba a pensar que de un día para otro toda una región podía desaparecer del mapa? Es como si alguien hubiera hubiera arrastrado su dedo pulgar por el paisaje, sin dejar ni una sola palmera recta, mientras la mayoría yacía en el suelo como el destino le había deparado. La gente sufrió enormemente, y algunos pasaron 20 horas en sus casas con el agua hasta el pecho, sosteniendo a sus hijos y suplicando por una salida.

Nos gusta pensar que lo peor ya ha pasado. ¿Qué puede haber peor que vientos de 300 km/h? Por desgracia, el verdadero peligro está aún por llegar. Medical IMPACT llevó una brigada médica a Acapulco esta semana, apoyando a los supervivientes con consultas médicas gratuitas, medicación y apoyo emocional. Tras atender a más de 300 pacientes, salieron a la luz los verdaderos riesgos: habrá más muertes tras el huracán que por la tormenta en sí.

En las colonias Alborada Cardenista, Yetla y Ejido Viejo, cientos de guerrerenses se presentaron con lesiones, enfermedades y riesgos que ponen en peligro su vida y su salud. Viviendo sin agua potable, comida, electricidad o incluso higiene básica, no es de extrañar que la enfermedad esté por todas partes. Bebés con la cara llena de granos debido al agua sucia, niños con heridas infectadas con riesgo de septicemia, estómagos doloridos y resfriados por las horas pasadas en el agua están por todas partes.

Quienes ya lidiaban con alguna enfermedad, ahora sufren más. Decenas de pacientes diabéticos a los que Medical IMPACT atendió se han quedado sin insulina ni medicación vital, mientras yacían en sus casas esperando a que llegara la ayuda o a que les sobreviniera un coma diabético. Incluso si pudieran encontrar insulina, no hay forma de almacenarla: debe conservarse a baja temperatura, y sin electricidad, guardarla en el refrigerador no es posible.

Es devastador pasear por calles que antes estaban llenas de vida y ver a la gente limpiar minuciosamente sus casas mientras intentan recordar cómo era tener una vida normal. Sin embargo, sirve como testimonio de la voluntad que tienen los guerrerenses para seguir adelante. En los poblados olvidados y abandonados por el gobierno y otros grupos de apoyo, las comunidades se reúnen en zonas comunes y se ayudan mutuamente.

Las doñas montan mesas para hacer taquitos de requesón y frijol, los hombres llevan palas de casa en casa sacando el barro y la basura, los niños ríen y juegan, perros amistosos buscan caricias y se juntan recursos para apoyarse mutuamente. Incluso en las ruinas, la tragedia parece sacar lo mejor de la gente (aunque en algunos casos, también lo peor).

Acapulco está lejos de recuperarse. Llevará años reconstruir la ciudad y los pueblos circundantes, pero la verdadera prueba es mantener a la gente segura, alimentada, hidratada y sana. Mientras nos adentramos en aguas desconocidas, es responsabilidad del gobierno, la sociedad civil y la comunidad mundial seguir apoyando a quienes lo perdieron todo y pueden perder más, incluso su vida.

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