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Opinión: Al mejor postor, por Diana Avitia

Estos últimos días han sido verdaderamente un caos, tanto así que no terminamos de debatir un tema cuando uno nuevo arrebata nuestra atención, entre desastres naturales, la indomable pandemia, proyecciones económicas sumamente pesimistas, ejecuciones, líderes de la delincuencia organizada amenazando la estabilidad social, acusaciones de enriquecimiento ilícito a funcionarios federales, descontrol político, polémicas entre líderes de opinión, gobierno y la no primera dama.

En medio de esta vorágine de sucesos hay quienes han tenido el temple o el descaro, depende desde que punto de vista se analice, de ver por sus intereses. El pasado jueves el presidente de MORENA, Alfonso Ramírez Cuellar anuncio una alianza con el Partido Verde Ecologista y con el Partido del Trabajo, esta unión tiene el fin de defender la administración del presidente de la nación. No recuerdo alguna alianza con un fin como el de defender el nombre y honor de algún funcionario, por lo menos no anunciada formalmente como tal, claro, se han hecho en el pasado, pero se formalizan en la práctica, estos acuerdos se hacen sentir en declaraciones, manifestaciones, etc. Las alianzas normalmente se realizan con las fracciones parlamentarias de cada partido y en ambas cámaras con la intención de sacar alguna ley o reforma adelante, que pase sin percances pues y obviamente son resultado de negociaciones que como resultado dejen contentas a todas las partes, el juego de la política.

Que el presidente de un partido político llame a la defensa del mandatario nacional emanado de su partido no es extraño, pero que lo anuncie con bombo y platillo, lo es. La normalidad en una curva de gobierno es que en los primeros dos años del mismo vaya en ascenso, que brille, es el momento en el que la popularidad esta por los cielos, pero con el presidente Obrador la polarización social ha sido tan marcada que esa curva a diferencia de la de contagios por COVID va a pique, las criticas llueven y el manejo de crisis, digamos que, no es precisamente su fuerte, sino todo lo contrario, para muestra, las llamadas que AMLO hizo públicas el día de ayer, escenas bochornosas, videos donde el mandatario atiende el teléfono y le brindan información de primera mano acerca del terremoto, se mostró errático, poco elocuente, improvisado, fuera de lugar, sin control alguno, si buscaban brindar certeza y tranquilidad a la población, fue un fallo de dimensiones descomunales, sería bueno empezar a armar un war room para control de situaciones, digo eso debía estar más que entendido desde el inicio del gobierno, pero aparentemente aprendemos sobre la marcha y esto es alarmante.

Error tras error, han hecho que las criticas vayan incrementándose, por ello el partido MORENA tiene la responsabilidad directa de busca blindaje para los suyos, alianzas sin importar el costo político a futuro. Aquí quienes ganaran, como usualmente lo hacen, son los pequeños partidos políticos que inclinan la balanza, sin importar cuan avasallador haya sido el triunfo del partido en el poder necesitan apoyo, ya se dieron cuenta que solos no podrán, el precio será alto y la factura vendrá en el 2021 cuando los pequeños partidos exijan espacios, alianzas electorales, junto en ese momento le pegaran al corazón de los militantes que tanto han esperado por una oportunidad misma que será arrebatada por aquellas caras ajenas a su institución política y que sin el mínimo empacho o merecimiento se subirán al barco. Digo, es una vieja práctica política, así ha sido y será, justo como ellos se subieron las elecciones pasadas a la imparable ola llamada Andrés Manuel.

En política todo es estrategia, lo lamentable es que mientras el país lucha por salir del obscuro hoyo de inseguridad, depresión económica, enfermedad y violencia, se sigue buscando la permanencia en el poder, hay prioridades, ellos las tienen claras y sumar, mediar y abonar a la unión social no parece ser una de ellas. Me gusto un comentario que Gil Zuarth dio un día sobre el Partido Verde y sus intereses, él decía que esta institución es pragmática por excelencia, es decir que se adapta a los tiempos y circunstancias mejor le convenga, accede al mejor postor y sin gastar la suela, “es un priismo popis, fancy, Salvatore Ferragamo. Sus dirigentes tienen todas las formas priistas, pero sin pasar por los tacos de barbacoa con el líder de la sección, no pasan por la primera comunión del hijo del líder sindical. Ellos hacen política en Polanco y de vez en cuando en la Condesa”, ¿Defecto o virtud?, ¿reprochable o no?, solo el tiempo lo dirá, pero efectivos en sus objetivos, sí son. Esta vez la jugaran con MORENA, eso ya estaba decidido desde que Velasco entro y salió del senado a placer.

Sabemos que alianzas ya se están cocinando para el 2021, será una elección nunca antes vista, el ambiente es caldo de cultivo para una jornada electoral sin precedente. La lectura de la situación es muy clara, varios miembros de los partidos políticos en cuestión PVEM y PT, por lo menos en nuestro estado ya manifestaron intenciones a raíz de esta alianza, sin ella seguirían en la penumbra aguantando el momento justo. Regresa el debate sobre estas instituciones políticas, cuan necesarias o carentes de sentido son, algunas claramente son negocios familiares, que representan solo a sus intereses y nada mas.

Vendrán tiempos muy interesantes en materia electoral, los ciudadanos debemos enterarnos, por lo menos por encima, cual es el panorama, quienes están jugando y cuáles son sus motivaciones. No podemos dejar a la suerte, al corazón o al temperamento nuestro voto, elijamos personas, conozcamos a los candidatos y sus equipos, es nuestra responsabilidad como ciudadanos. Debemos ser fríos, porque como dice Jorge Fernández Menéndez siempre al cerrar sus participaciones, “en poder y en la política, todo, absolutamente todo, es personal”.

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Publicidad Caleb Ordoñez 

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La valentía de ser uno mismo. Por Itali Heide.

La mayoría de los días, odio mi cuerpo. Algunos días aparece como un disgusto pasivo, mientras empujo las inseguridades que viven dentro de mí a un segundo plano. Otros días, consume mi mente. El aspecto de cada uno de mis rincones me atormenta los días en los que no soy capaz de mirar más allá del físico de mi existencia.

Es especialmente difícil cuando me considero feminista y positiva con respecto al cuerpo. ¿Cómo puedo apoyar y amar el cuerpo de los demás y, sin embargo, encontrar espacio para odiar el mío? Parece casi hipócrita, pero no puedo encontrar la manera de evitarlo.

Me levanto por la mañana y decido que hoy me voy a querer a mí misma. Me ducho, me maquillo, me pongo un atuendo con el que me sienta feliz y luego pierdo toda la confianza en mí misma cuando me veo en el espejo. Tal vez tenga algo que ver con el hecho de que he ganado más de un kilo desde la cuarentena. Pero lo más probable es que tenga que ver con el hecho de que seguimos siendo bombardeados con estándares imposibles a los que nos hacemos responsables, incluso cuando no exigimos a los demás el mismo estándar.

No todos los días son así. A veces, mi maquillaje se ve justo como quiero. Mi outfit parece haber sido elegido por un estilista. La confianza en mí misma se dispara en esos días, aunque son poco frecuentes. En esos días, aprovecho al máximo lo que soy. Quién sabe, quizá en los días malos recuerde quién era cuando me sentía yo misma.

Al fin y al cabo, cuando más nos sentimos como nosotros mismos estamos contentos con nuestro aspecto, ¿no? Ni siquiera tiene una correlación con el físico, pero impacta directamente en la forma en que nos sostenemos y nos sentimos cuando entramos por la entrada de algún lugar. Parece que pensamos que todo el mundo es perfecto. Nos fijamos en lo que no tenemos en los demás, e ignoramos lo que sí tenemos cuando los demás no lo tienen. Parece ser la naturaleza humana, pero me gusta creer que nos hemos enseñado a pensar que la perfección es la única forma de ser.

Los estándares de belleza han existido desde que la humanidad ha dado valor a la apariencia de las personas (especialmente a la mujer). El poder que tiene sobre nosotros es asombroso, sobre todo si tenemos en cuenta que hemos borrado el cuerpo humano natural de la existencia y lo hemos sustituido por un cuerpo de modelo que se supone que representa la mejor versión de nosotros mismos. La verdad es que la mejor versión de nosotros mismos no necesita dietas, ejercicio excesivo, photoshop, filtros y poses incómodas.

¿Qué necesita realmente la versión auténtica de nosotros mismos? Necesita correr, explorar, tocar, sentir, llorar, reír, aprender y ser libre. Nuestro cuerpo está hecho para mucho más que para convertirse en una estatua de los estándares de belleza, y a menudo nos olvidamos de ello. Nos negamos a salir de nuestra habitación sin maquillaje, sin un atuendo que nos haga sentir seguros, sin algo que cubra la autenticidad que nos hace ser quienes somos.

Quien eres, es quien estás destinado a ser. Si quieres ponerte delineador de ojos, adelante. Si quieres llevar capa y vestido, hazlo. ¿Quieres ir al gimnasio y ponerte musculoso? Nadie te lo impide. La vida es un juego y tú eres el avatar que tienes la suerte de personalizar. Sin embargo, no olvides que eres igual de valioso sin todas esas cosas. El mundo está hecho para ser disfrutado, y nada superficial te dará las herramientas necesarias para sentirte realmente feliz en el mundo. Sé tú mismo, pero no olvides que eres más que lo que aparentas ser.

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El precio caro de la moda barata, Por Itali Heide

La vida moderna en la era del hipercapitalismo está llena de daños medioambientales inevitables – desde viajar en avión, los plásticos de un solo uso, hasta los pedidos de comida a domicilio – la contaminación parece ser algo natural para nosotros en esta época. Cuando se trata de la ropa que usamos, a menudo los impactos son menos que obvios.

La industria de la moda produce el 10% de todas las emisiones de carbono de la humanidad, lo que le ha valido ser de los mayores consumidores de agua y contaminar los océanos de la Tierra con peligrosos microplásticos, que acaban en nuestras playas y llegan al interior de los cuerpos de las criaturas que llaman al mar su hogar. La industria que nos ha mantenido al tanto de los trends en el mundo de la moda es el segundo mayor contaminante del mundo, solamente detrás de la industria petrolera. Entre más crece la industria, el daño medioambiental empeora de forma exponencial, también.

A medida que los consumidores alrededor del mundo compran más ropa, especialmente de empresas de fast fashion barata cuya popularidad no deja de aumentar, como Shein, Fashion Nova y Zara, por nombrar sólo algunas, el peaje para el medio ambiente se hace notar. La gente no sólo compra más del doble de ropa que a principios del milenio, sino que además conserva la ropa la mitad de tiempo.

Las tendencias cambiantes y la necesidad constante de validación alimentan la necesidad de comprar más y más, lo que conduce a una relación tóxica entre el consumidor y la empresa. Cuanto más compramos, más sufre el mundo y más validamos a las empresas que se aprovechan de nuestras inseguridades y de nuestra necesidad de impresionar constantemente.

La industria textil y de la moda tiene una cadena de suministro larga y compleja, que empieza en la agricultura y la producción petroquímica, hasta la fabricación, la logística y la venta. Cada proceso conlleva su propio conjunto de pesadillas, ya sea el impacto medioambiental o humano, ya que la industria explota a miles de personas en países de bajos ingresos por unos pocos centavos. Los impactos vienen en todas las tonalidades del arcoiris, empeorando a medida que el mundo sólo continúa por su camino orientado al consumo, en lugar de tomar las medidas necesarias para mejorar el futuro de la industria.

Entonces, ¿qué se puede hacer para frenar la contaminación? Puede que sea demasiado tarde para borrar todo el daño causado, pero nunca es demasiado tarde para mejorar. La moda sostenible es la respuesta, pero es un término que se utiliza cada vez más (y de forma exagerada) y que no suele estar respaldado, ya que las empresas prefieren utilizarlo para dar un lavado verde a su marca y (como es lógico) vender más ropa. La verdadera moda sostenible significa comprar menos y comprar de forma más inteligente, aunque hay muchas más cosas que pueden englobarse en este término.

¿Qué significa exactamente la moda sostenible? Cuando se hace realidad, las empresas de moda sostenible recortan las emisiones de CO2, abordan la sobreproducción, reducen la contaminación y los residuos, apoyan la biodiversidad y se aseguran de que sus trabajadores reciban una remuneración justa y tengan unas condiciones laborales seguras. Sin embargo, esto es sólo una pieza del rompecabezas. Aunque las empresas deben cargar con la mayor parte de la responsabilidad, ya que son las que están detrás de los problemas sistémicos en primer lugar, hay cosas que los consumidores también pueden hacer para apoyar la sostenibilidad. Comprar el mismo número de artículos con la etiqueta de ‘sostenible’ no es suficiente, sino que es necesario replantearnos por completo los hábitos de consumo y compra. Aquí unos tips para mejorar nuestra forma de comprar ropa:

1. Comprar menos y comprar mejor.
Cada año se producen en el mundo 100 mil millones de prendas. Antes de hacer una compra, pregúntate a ti mismo: Comprar ropa que nos sirva, en lugar de servir a la ropa, puede marcar una gran diferencia.

2. Invertir en marcas sostenibles.
Comprar mejor también significa apoyar a los diseñadores que utilizan prácticas sostenibles, pero ojo: cuidado con las empresas que utilizan el término para hacer greenwash y vender más cosas. Investigando y haciendo que las empresas se responsabilicen de sus acciones, podemos apoyar a las que hacen el bien por el mundo.

3. Compra de segunda mano y vintage.
La ropa pre-amada y reutilizada es una forma estupenda de estar al día con las tendencias pero sin dejar de cuidar el planeta. Utilizando aplicaciones que atienden a estos sectores, como Depop, o acudiendo a bazares y ventas de garaje, no sólo reciclamos ropa, sino que apoyamos a los negocios locales.

4. Prueba la moda digital.
Por último, pero no por ello menos importante, ¿por qué no utilizar la tecnología en nuestro beneficio? No es ningún secreto que gran parte del atractivo de la moda es la necesidad de mantener las apariencias en línea, ya sea publicando una bonita historia en Instagram o bailando para un TikTok. Con la realidad virtual convirtiéndose en algo cotidiano, aplicaciones como DressX están atendiendo a la reinvención del consumo de moda a través de ropa digital que se puede poner encima de fotos y vídeos. Esto puede ofrecer una gran alternativa para el futuro de la moda, así que ¿por qué no probarlo?

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