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Atienden a mil 200 estudiantes de familias jornaleras migrantes

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Unos mil 200 niños y niñas de familias jornaleras agrícolas, cursaron en este año en Chihuahua distintos grados y niveles de su Educación Básica, al ser atendidos por el Programa de Atención a la Niñez Migrante.

La mayor parte de éstos menores proceden de diversas entidades del país, de donde arriban con sus familias a Chihuahua, para trabajar en actividades agrícolas en las principales regiones productoras del estado.

La titular de dicho programa, a cargo de Servicios Educativos del Estado de Chihuahua, SEECH,  Elizabeth Carrillo Vargas, informó que el Ciclo Escolar Agrícola 2015, abarcó los meses de marzo a diciembre, lapso en el cual cursaron sus estudios de Preescolar, Primaria y Secundaria, aproximadamente mil 200 alumnos y alumnas, quienes forman parte de esta población flotante en la entidad.

En este periodo se trabajó en el estado de Chihuahua en 23 centros escolares ubicados en distintas regiones de la entidad, a donde llegan miles de familias jornaleras agrícolas migrantes, siendo la mayoría de origen indígena.

Las regiones atendidas por parte del Programa de Atención a la Niñez Migrante, se distribuyeron en 2015 en tres grandes zonas agrícolas, que fueron:

Nuevo Casas Grandes, la cual abarca los centros escolares de: Ascensión, Ascensión; Fernández Leal, Monte Verde, San Pedro y Pancho Villa, todos en Janos; Lagunitas, en Galeana; Benito Juárez, en Buenaventura e Hidalgo, en Nuevo Casas Grandes.

Cuauhtémoc: La Minita, Betebachi y Santa María, en Cuauhtémoc; Óscar Soto Máynez, en Namiquipa; Miñaca, en Guerrero y La Junta, también en Guerrero.

Delicias: El Jeen, en el municipio de Meoqui; La Esperanza y Los Álamos, en Delicias; Saláices, en Villa López; San Ramón, en Camargo; Saucillo, en Saucillo; Laderas, en Delicias; Lázaro Cárdenas, en Meoqui y Jiménez, en Jiménez.

Los niños y niñas que cursan su Educación Básica en tales centros, son hijos de familias jornaleras agrícolas que viajan de un estado a otro del país durante todo el año, para ser contratados en las labores de siembra, cosecha, recolección y preparación de productos del campo como algodón, chile, alfalfa, sorgo, frijol, manzana, durazno, nuez, pepino, cebolla, zanahoria, calabaza, sandía, melón, avena y maíz, entre otros cultivos.

Las familias migrantes que llegan a Chihuahua para laborar en tales actividades, proceden de entidades como San Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo, Jalisco, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Estado de México, Baja California Sur, Sinaloa, Baja California, Coahuila, Durango, Morelos, Nayarit, Sonora y Zacatecas, así como también del propio estado. La mayoría son de comunidades origen indígena.

En el caso de Chihuahua, este programa de SEECH identifica los principales municipios expulsores de mano de obra agrícola, siendo estos: Guachochi, Carichí, Bocoyna, Urique, Balleza y Guadalupe y Calvo, entre otros, de donde proceden trabajadores y trabajadoras de origen tarahumara en su mayor parte.

El citado calendario escolar de esta modalidad educativa responde a las necesidades propias de la población y se realiza acorde al grueso de las labores agrícolas de cada región productora en el estado, las cuales varían en su inicio y conclusión y es por ello que esos  centros de atención educativa,  permanecen abiertos prácticamente todo el año, de marzo a diciembre.

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Marco Bonilla califica como traición la aprobación de la Ley General de Aguas

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El alcalde Marco Bonilla Mendoza calificó como una traición la forma en que se aprobó la nueva Ley General de Aguas, al asegurar que se avaló sin respetar compromisos previos con organizaciones campesinas y productivas.
Bonilla señaló que la votación ocurrió de manera sorpresiva y sin apertura al diálogo, lo que provocó mayor inconformidad entre los sectores afectados. El edil advirtió que la reforma no solo impacta a productores de gran escala, sino que coloca en una situación delicada a miles de familias que dependen de actividades agrícolas en regiones donde el acceso al agua ya es limitado.
El alcalde consideró que el cambio normativo complica el panorama inmediato para zonas rurales cuya producción depende del riego mediante pozos. También indicó que la incertidumbre alcanza a proyectos de inversión en distintos estados del norte del país, pues la falta de claridad en los criterios de uso del agua podría frenar iniciativas agrícolas e industriales.
Bonilla reiteró que el recurso hídrico es determinante para la operación y llegada de nuevas empresas. Reconoció la postura de organizaciones y productores que han mantenido movilizaciones en defensa del agua, al destacar la importancia del sector para la estabilidad económica y social de las comunidades rurales.
El alcalde agregó que el país enfrenta un momento decisivo ante una reforma que, a su juicio, fue aprobada sin consenso y que podría intensificar disputas regionales por el acceso al recurso.

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